Os quiero contar algo que hoy me ha llenado de tristeza, rabia e indignación. Hoy, como a diario desde que empezó la pandemia, he realizado análisis de RT-qPCR Covid-19. En el laboratorio privado donde trabajo, atendemos mayormente a empresas que solicitan los análisis para sus trabajadores antes de reincorporarse al trabajo. No hacemos un gran volumen diario, entorno la centena.
La mayoría de los análisis dan un resultado negativo, pese a que a diario hay positivos, cada vez menos. Nuevos con síntomas evidentes, o de personas que ya han pasado la fase sintomática hace 2 semanas o 1 mes, pero que vuelven a realizarse el análisis para comprobar que no son contagiosos.
Hoy han venido de otro centro, no de una “empresa” sino de una residencia. Se me ha encogido el corazón cuando he empezado a ver resultados positivos, positivos y más positivos. Y luego, al informar los positivos, ver que son de personas nacidas en 1936, 1931, 1925 y 1914. Si, una mujer de 105 años (lo que ha vivido…). Para estas personas diagnosticar el Covid-19 es casi vaticinarles un episodio duro o la muerte. Personas que firmaban el consentimiento para el análisis con su huella digital con tinta...
Es triste dar esos resultados, pero lo que llena de rabia e indignación, es el contexto en el que se han producido. Una residencia, privada, y no sé si voy en contra de la LOPD, en Madrid. Y no un 15 de Marzo, ni 5 de Abril, ni a 20 de Abril. Todas esas personas dan nuevos positivos ¡¡a 19 de MAYO!! Eso quiere decir, que han sido contagiadas en un arco de 4 a 14 días ¡¡tras 2 meses en pleno Estado de Alarma!! (Se elimina en este párrafo la ubicación de la residencia por admin).
Esto demuestra cómo no hemos aprendido o seguimos ignorando las dimensiones del problema, y como algunos se mofan de este Estado de Alarma, como la presidenta de la comunidad autónoma responsable de las residencias, que no lo respeta y que a base de: falsificar informes, coaccionar a profesionales, ignorar al Colegio de Médicos, hacer populismo en periódicos y trampear datos; quiere acelerar las fases de desescalada en la Comunidad Autónoma de Madrid. Comunidad, en la que además, unos sinvergüenzas salen a la calle a manifestarse por su "libertad" sin tener en cuenta que, esa "libertad" que reclaman, puede suponer la muerte de decenas, cientos o miles de personas.
Como comenzaba, llena de rabia e indignación ver cómo la gente con poder político y económico de una comunidad autónoma, valora más el dinero y la libertad de su ombligo, que la vida de las personas, personas gracias a las cuales: han nacido, tienen los derechos que tienen, y viven donde viven.
Días así no se olvidan.