Si el PSOE no es de izquierdas, nos encontramos entonces con que los partidos de izquierdas serían, más o menos, Podemos, Bildu y ERC. Dos de estos partidos son abiertamente nacionalistas y consideran que España es una cárcel que hay que demoler y eso, con cualquier lógica, los excluye como opción para quienes quieren lo mejor para España.
Si el PSOE no es de izquierdas, nos encontramos entonces con que las izquierdas suman entre 60 y 80 diputados sobre 350, siendo muy generosos. Un grupo de ese tamaño no puede aspirar a imponer ni uno solo de sus puntos de vista al resto.
Si el PSOE no es de izquierdas, nos encontramos ante la realidad de que España es un país de derechas, lo que nos lleva a que, democráticamente, debe ser gobernada por partidos de derechas. O de centro. Pero nunca por partidos de izquierdas.
Si el PSOE no es de izquierdas, lo que intentan los partidos de izquierdas es utilizar unos votos que no son suyos para conseguir políticas que de otro modo no podrían alcanzar, y conseguirlas, además, contra la voluntad de la mayoría.
Si el PSOE no es de izquierdas,quizás sea el momento de reconocer que algunas aspiraciones de la izquierda tienen en realidad un apoyo marginal, estético o simplemente decorativo.
Si el PSOE no es de izquierdas, ya me contaréis, carajo, cómo se justifica que los partidos de izquierdas lo apoyen y busquen su apoyo, sumen a él sus votos en ayuntamientos y autonomías, participen de sus pasteleos y refuercen su hipocresía.
Porque a lo mejor es que hay más de una izquierda, a pesar del antiguo, viejísimo, recalcitrante odio de los bolcheviques a los socialdemócratas.