Supongo que no dejará de ser una casualidad, pero vengo observando que la agenda política mundial guarda cierto paralelismo con la que seguiría cualquier pastor con su ganado. Como soy de pueblo y conozco un poco el tema, me permito compartir algunas similitudes, aunque no debe entenderse que critico todas estas actitudes. Me limito a señalarlas:
-A todo ganadero le encanta que su ganado se multiplique. Mientras puedas esquilarlas y ordeñarlas, es mejor tener muchas ovejas que pocas. Mientras pongan huevos para ti, es mejor tener muchas gallinas. A los ganaderos les encanta que su ganado se multiplique, haya más o menos sitio en el establo. Paralelismo: ninguna lucha real contra la explosión demográfica.
-A los ganaderos les gusta mantener a los animales bien juntos y controlados. Si pueden, evitan animales como las cabras, que exigen cierto espacio, y prefieren a animales gregarios como las ovejas, o estabulan cerdos, vacas y gallinas en megagranjas hacinadas. Todo para sacarles mayor rendimiento y tener mejor controlados a sus animales. Paralelismo: fomento de las megaurbes.
-Los ganaderos detestan que sus animales se peleen entre sí y puedan causarse daño entre ellos o a las instalaciones de la explotación. Por eso, se han ido seleccionando razas de vacas sin cuernos, ovejas sin cuernos, etc. Estas razas evitan riesgos para los operarios y reducen las pérdidas que sobrevienen cuando los animales se pelean. Paralelismo: mayor represión general de cualquier forma de actitud violenta, en público o en privado.
-Los ganaderos prefieren claramente a las hembras. Todos sabemos que en cualquier explotación ganadera hay cien ovejas por cada carnero, doscientas vacas por cada toro, quinientas o más gallinas por cada gallo. Y lo mismo pasa con casi todos los animales de granja: patos, cabras, conejos, cerdos... Paralelismo: fomento del feminismo.
-Los ganaderos procuran modificar la dieta de sus animales, introduciendo nuevos piensos con compuestos que a veces no tienen nada que ver con lo que el animal comería en libertad. Así se hizo comer carne a las vacas (y de ahí vino la enfermedad de las vacas locas) y así se hace comer harina de pescado a las gallinas, etc. La idea es que su alimentación sea cada vez más barata, sin perjudicar a su número, dejando un mayor beneficio por animal y margen para aumentar el número de cabezas. Paralelismo: fomento del vegetarianismo, veganismo, etc.
Hay más, pero paro aquí...
¿No os parece curioso? ¿No da la impresión de que alguien, en algún elevado círculo de poder, nos considera simplemente su ganado?