¿No os parece una cursilería fuera de lugar los corazoncitos en los logos y la propaganda de los partidos políticos en España? El mensaje de "somos amor" sería más propio de una secta religiosa o de un partido dirigido por caciques en una república bananera. Uno esperaría algo que apelase al progreso, a la unidad, a la razón. Basta ya de tanta parafernalia sentimentaloide, los que votamos somos mayores de edad.