En referencia a los muchos comentarios acerca de la condena por violación a una menor por parte de tres ex-jugadores del Arandina sobre la posibilidad de que matando a la víctima los violadores hubieran tenido más probabilidades de salir impunes, quiero decir desde aquí que eso no funciona así ni mucho menos.
Cuando se produce una muerte violenta, es prioritario para la Policía su investigación, y para ello se destinan todos los recursos posibles tanto humanos como tecnológicos. Se cotejan las cámaras de seguridad de los alrededores (y hoy en día hay muchísimas), se comprueban las localizaciones de los teléfonos móviles, se revisan las coartadas exhaustivamente, se realizan análisis de ADN, pelos y fibras, de huellas dactilares y de neumáticos, hay colaboración entre los diferentes cuerpos policiales y con el juez instructor....
También influye sobre las fuerzas policiales el estatus de la víctima (no es lo mismo una adolescente que un yonki muerto en un poblado de la droga) y la presión mediática que se pueda generar, pero por regla general y salvo alguna que otra cagada la Policía no descansa hasta tener por lo menos la certeza de lo que ha sucedido, aunque sea inviable llevar el caso a juicio.
En estas circunstancias para matar con impunidad hay que ser un profesional o tener una suerte increíble. Por otra parte, es muy difícil borrar los restos de una violación de un cadáver a menos que el cuerpo quede muy deteriorado.
En caso de hacer "desaparecer" a la víctima, es cierto que no hay tanta presión policial pero sí que hay un interés por saber las circunstancias de la desaparición, y nuevamente es muy complicado esconder todos los rastros porque los cadáveres no son fáciles de destruir ni de esconder y si sumas la geolocalización y las cámaras de vídeo de la vía pública y carreteras vuelve a resultar muy difícil para un aficionado salir impune.
Por otro lado, hay muchas violaciones que quedan impunes porque es muy difícil superar la objeción del sexo consentido. Básicamente, hay que tener un testimonio creíble y coherente (muchas víctimas de violación van borrachas y/o drogadas), unos informes policiales, médicos y psicológicos que te acrediten y generalmente algo más: un testimonio, una grabación (esto suele ser lo mejor como prueba), algo que dé peso a la versión de la víctima.
Y para acabar, otro enfoque más. Matar a alguien no sale gratis para el equilibrio psicológico de los autores. Que para muchos homicidas es esta la peor condena.