En Murcia gobernará el PP con Ciudadanos, contando con el apoyo externo de Vox. Vox se queda fuera del Gobierno, que se repartirán azules y naranjas. Repasemos las circunstancias que rodean al acuerdo partiendo de este gráfico, donde pueden verse los votos y escaños obtenidos por cada partido resultados.elpais.com/elecciones/2019/autonomicas/15/
1) Reparto de consejerías en proporción a los votos. Como puede verse, Ciudadanos tiene aproximadamente una tercera parte de los votos y escaños que obtuvo el PP, encontrándose en una posición similar a la de Podemos respecto del PSOE. Pero, pese a que el PP tiene 16 escaños y Ciudadanos solo 6, el PP tendrá el 60% de las consejerías y Ciudadanos el 40%, aparte de una vicepresidencia www.eldiario.es/murcia/politica/PP-Cs-cierran-Murcia-consejerias_0_913 Y ello pese a que, en puridad aritmética, Ciudadanos debía tener el 30% y el PP el 70%.
2) Peso de las consejerías. Las otorgadas a Ciudadanos no son nada desdeñables. Como podéis ver en el enlace, se quedarán con Industria, Empleo, Igualdad y políticas sociales, Comercio y consumo, Seguridad ciudadana...
3) Tiempo que se empleó en alcanzar el acuerdo. Fue casi inmediato. La investidura se fastidió porque Vox quería meter sus cosas anti LGTBI y sus mantras sobre violencia de género e inmigración, pero PP y Ciudadanos tardaron sumamente poco en entenderse.
De lo anterior se deduce que:
1) No es ninguna locura que un partido que sostiene al más votado pero tiene un tercio de sus votos y escaños, obtenga departamentos ministeriales en proporción a ese porcentaje, e incluso algo más, encontrándose entre ellos algunos con verdadero peso específico, como Industria, Consumo o Empleo. Lo razonable es que, dentro de la coalición, se use el porcentaje de votos de cada cual para asignar el número de ministerios (en general) y el número de ministerios de peso (en particular) asignados a cada uno. Y ello aunque esos dos partidos no sumen y precisen el apoyo de fuerzas externas (Vox).
2) Ciudadanos jamás habría aceptado que le diesen ministerios de competencias testimoniales o en número insignificante. El PP lo sabía, y por eso aceptó la oferta sin cuestionarla.
3) Cuando se quiere llegar a acuerdos, una semana de negociaciones es más que suficiente. Si se eterniza, es que alguien quiere marear la perdiz.
4) Ciudadanos y PP se parecen entre sí mucho más que PSOE y Podemos. Por eso pueden formar gobiernos conjuntos con un peso muy fuerte de Ciudadanos. Da igual que el partido de Rivera tenga pocos años de existencia y nula experiencia de gestión. Hay coincidencia en la ideología, las políticas, las vacas sagradas a las que venerar, las mamandurrias que se pueden chupar y las líneas rojas que no se deben cruzar. Entre PSOE y Podemos hay importantes discrepancias a ese respecto (aunque los dos se digan de izquierdas), pero Podemos tiene el peso que tiene y no se conforma con migajas. Por eso no hay acuerdo ni tampoco lo habrá en septiembre.
5) En Murcia tenemos como presidente a un nini vividor de la política que siente pánico ante la posibilidad de perder la poltrona, pues no sabe hacer otra cosa que chupar del partido. Sánchez, por el contrario, es un amante de la ruleta rusa. Le ha cogido el gusto a jugarse el todo por el todo, y como le ha ido bien está dispuesto a jugarse el país con la derecha en una última mano de poker. Eso da fe de lo mucho que le gusta el riesgo, lo elevada que es su ambición y lo poco que le importan las consecuencias de que el país caiga en manos de PP-C´s-Vox. La estrategia de Sánchez será lanzarse al vacío con el país como rehén para reinstaurar un bipartidismo con una clara preponderancia socialista. Tal y como me temía en este artículo, nos vamos a elecciones, y su resultado se debatirá entre lo malo y lo peor www.meneame.net/story/tenemos-retorno-bipartidismo-puertas-jugada-sanc