No es bonito, lo sé, pero hay que decirlo: la escasez comenzará cuando los que parten de una posición mucho peor que la nuestra las empiecen a pasar putas. Así son las cosas.
Da igual que veamos estanterías vacías en los supermercados, o colas en las gasolinaeras, o cualquier otro aviso de que las cosas se empiezan a tocer: lo cierto es que hay otros que están en una situación mucho peor que la nuestra y aún tienen diésel, tienen gasolina, tienen electricidad todo el día o la mayor parte, y no se han empezado a matar entre ellos. Ese es el signo de que el peor momento no ha llegado todavía.
Hace un tiempo hice un pronóstico, diciendo que el primer país del mundo en irse a tomar por culo sería Yemen. Acerté. Puede que fuese casualidad o que dí con la clave del asunto.
El segundo tiene que ser Egipto, y parece que he fallado. Los siguientes serían Indonesia, Nigera y Argelia, y también voy a fallar, parece. Y me alegro, joder, me alegro. Me alegro de ver que la gente resiste. Pero por si acaso tomad nota, como la tomo yo.
El premio gordo, a día de hoy, parece haberle correspondido a Sri Lanka, más conocido como Ceilán por los bebedores de té, los viejos, y los colonialistas. Subí un artículo sobre la situación en ese país hace poco y otro usuario subió otro más afortunado que llego a portada. Da igual: la cuestión es que allí se les está formando una tormenta de tres pares de narices, por toda una serie de circunstancias, y que no va a ser la última.
Tampoco es que tenga una bola de cristal. En realidad lo mío es muy simple: cualquier país que haya visto crecer su población por encima de sus recursos, las va a pasar putas.
Egipto, por ejemplo, teían 34 millones de habitantes en 1970 y ahora tiene 104 millones. ¿Y sabéis lo que pasa? Que tiene tres recursos: el Nilo, el turismo y el Canal de Suez. Contados. La población se ha multplicado por 3,5, ¿pero tienen ahora tes Nilos y medio más? ¿Tienen tres veces y media más turismo? ¿Tienen tres canales de Suez y medio más? Me temo que mo. Pues la cagamos. Esa era mi tesis.
Y aún así, lo que quiero, antes que nada, es llamar a la tranquilidad: para que nosotros estemos verdaderamente jorobados hace falta que antes esa gente no tenga nada. Para que España se quede sin energía en el mercado internacional, salvo cagada gubernamental, que no es descartable, todos esos países tienen que quedarse en pañales. Mientras no suceda tal cosa, podemos estar medio tranquilos.
¿En Perú van en moto? Nosotros podremos seguir yendo en coche.
¿Le llega el presupuesto a Argelia para importar comida? Pues aquí, comeremos. Aunque sea pan con queso, lo que tampoco es una tragedia.
¿En Mali sigue funcionando el teléfono? Pues aquí también.
En vez de comprar catastrofismo cada vez que un periodista lo quiera vender, lo sensato es mirar lo que tienen los que están peor. Esos son los canarios de la mina. Mientras ellos tiren para adelante, nosotros también podremos criar un hijo, echarnos una novia, o jugar a las cartas con los amigos, que es al fin y al cabo lo úinico que importa.
No se diga que no sé escribir desde el optimismo.