Me parece que lo sabemos todos: Japón no destaca precisamente por su abundancia de materias primas, ni porque su economía vaya últimamente como un tiro, sobre todo después del Covid, pero he recibido la imagen que encabeza este artículo de una amiga que anda por allí estos días, y me ha obligado a reflexionar.
Se trata de los precios de la gasolina en las estaciones de servicio de Kumamoto, una ciudad cualquiera al sur del país. El tipo de cambio, más o menos, es de 146 yenes por cada €, por lo que tenemos que un litro de gasolina viene a costar allí, hoy, en torno a 1,05€.
Con su nivel de precios y de salarios, eso es mucho menos que 1,05€ de aquí.
La inflación en Japón es del 1,7 interanual.
A ver, ¿qué está pasando?
¿No compran los japoneses en el mismo mercado global de la energía que nosotros? ¿No ha subido para ellos el barril de petróleo? ¿No han subido los costes de refino y todas esas historias?
¿Y qué pasa con los precios? ¿No se ven afectados por el alza de los alimentos, el grano ucraniano y las sanciones a Rusia? ¿No les afecta el encarecimiento de los metales en particular y de todas las materias primas en general?
¿Qué carajo está ocurriendo aquí?
Cuando nos hablan de la gasolina a 3€, ¿de qué nos hablan en realidad?
Creo que no de guerra. Ni tampoco de energía.
Aquí alguien nos está engañando a lo grande. Aquí nos llevan a la ruina de manera deliberada y consciente, aprovechando que nos creemos cualquier mierda de narrativa.
No le veo otra explicación.