Vox lleva su discurso xenófobo al extremo al proponer suspender trámites de nacionalidad española y prohibir la entrada de inmigrantes procedentes de “culturas islámicas”.
Santiago Abascal difunde mensajes xenófobos en redes sociales, pidiendo "abatir a desalmados" y alimentando la aversión hacia los inmigrantes.
El PP opta por no posicionarse ante las propuestas xenófobas de Vox, validando y normalizando así ese discurso.
La ultraderecha de Vox está escalando y radicalizando su peligroso discurso xenófobo y anti-inmigración a niveles cada vez más extremos. En los últimos días, la formación ha vuelto a la carga contra la población musulmana, tanto en redes sociales como en sede parlamentaria.
La deriva xenófoba de Vox: llevando su discurso antiinmigración al extremo
Su máximo líder, Santiago Abascal, publicó un polémico tuit tras el tiroteo en Bruselas en el que la policía abatió al presunto terrorista. El mensaje pedía abiertamente "abatir a desalmados" antes de que maten, en una clara referencia xenófoba antiinmigración que podría constituir un delito de odio. Lo cierto es que el ultraderechista aprovecha su altavoz en redes para expandir mensajes de odio contra la inmigración, una estrategia que ya le ha granjeado numerosas críticas.
Pero Vox ha llevado su discurso xenófobo un paso más allá al presentar una iniciativa parlamentaria que insta al Gobierno a suspender trámites de adquisición de nacionalidad española, autorizaciones de estancia y residencia, y prohibir la entrada de inmigrantes procedentes de países de “cultura islámica”. La portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, justificó la medida al relacionar el terrorismo, la crisis migratoria en Canarias y la guerra de Israel.
Además, vinculó el atentado de Bruselas con la llegada de migrantes a Canarias, afirmando que el atacante “entró como han entrado 23.000 inmigrantes ilegales”. Según Vox, el autor era un migrante irregular con orden de expulsión, lo que lleva a la conclusión de que los recién llegados a Canarias tienen un riesgo de ser yihadistas.
Vox insiste así en utilizar el miedo al terrorismo y la inmigración para expandir la islamofobia y criminalizar a toda la población musulmana. Sus propuestas chocan frontalmente con la Ley de Partidos que prohíbe apoyar el racismo o la xenofobia. La deriva xenófoba de la ultraderecha parece no tener límites, pues criminalizar a miles de personas musulmanas y negarles sus derechos va en contra de los principios fundamentales de la democracia y los derechos humanos.
El silencio cómplice del PP: ¿cuál es su responsabilidad en la normalización de la xenofobia?
Lo más alarmante es la pasividad e incluso complicidad del PP, que evita posicionarse ante esta peligrosa propuesta xenófoba. La estrategia de los populares es clara: mientras Vox hace el trabajo sucio con iniciativas radicales, ellos miran para otro lado para no asustar al electorado. Pero con su silencio están validando y normalizando el discurso xenófobo en la política.
El PP prefiere ser cómplice con su silencio. Los ciudadanos no olvidamos quién defiende la convivencia y la diversidad en política frente a quienes siembran odio y división. Las instituciones democráticas deben estar vigilantes y utilizar todas las herramientas legales para frenar el avance de la xenofobia.
El antídoto al odio: defensa de los Derechos Humanos y la convivencia pacífica como respuesta al discurso xenófobo de Vox
La islamofobia y la criminalización de los musulmanes que Vox promueve genera estigmatización, marginación y puede desembocar en agresiones contra esta comunidad. Ya se han dado casos de ataques a mezquitas o mujeres con velo en nuestro país por culpa de este tipo de discursos. Por ello, es urgente un cordón sanitario a la ultraderecha que ponga freno a su deriva xenófoba.
Pero también es necesaria una respuesta contundente de los partidos mayoritarios. Deben dejar de mirar hacia otro lado y condenar claramente cualquier propuesta o declaración que aliente la discriminación. En un momento en el que la sociedad necesita más unidad y solidaridad que nunca, Vox sigue sembrando odio y estigmatización. La defensa de los derechos humanos y la construcción de una sociedad inclusiva son fundamentales para hacer frente al terrorismo y a los desafíos del mundo actual. El antídoto al odio siempre será la defensa de los derechos humanos, la diversidad y la convivencia pacífica entre culturas.
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