Hoy a las 7 y media de la mañana cuando estaba en lo mejor del sueño aprovechando el frescor después de una noche de bochorno, me ha despertado abruptamente el sonido de disparos no muy lejos de mi casa.
Ha empezado la media veda de caza, bueno lo de media es un decir, porque al no haber ningún tipo de control sobre los cazadores pueden incumplir todas las restricciones si que les pase nada.
Todo el día oyendo tiros , oyendo como disparan a los pájaros, unos animales preciosos que no hacen daño a nadie y que alegran el campo con sus trinos.
Empieza el tiempo de tener cuidado por donde vas no sea que recibas una perdigonada.
Encima hoy en día tienes que aguantar el cinismo y la hipocresía de los políticos que todos se declaran ecologistas y amantes de la naturaleza mientras permiten y favorecen la guerra contra todo ser viviente que se cruce por delante de hombres armados y, muchos, vestidos de camuflaje, se deben creer que hacen una gran hazaña cuando revientan a un pajarito.
Tenia razón Maquiavelo cuando hablaba de poco o ningún castigo para grandes delitos pero grandes castigos para pequeñas infracciones, porque hace unos días le han puesto una multa de 5500 euros a un payes por matar accidentalmente unos cuantos sapos al poner mal un pastor eléctrico para evitar que se le escaparan las vacas.