-Ola, bengo a la rebision del esamen de hortografia de la policia, debe a ver un herror.
-Siéntese y digame, ¿kual es su nombre?
-Hantonio Gimenez
-¿Gimene con je o con jota?
-No lo se. Ban siempre hustedes a piyar.
-¿Segundo hapellio?
-Aro.
-Kon ache o sin ache?
-Pufff
-No se hagobie, caballero. ¿hesta llorrando?
-Yo kiero ser policia, hes mi sueño y hustedes lo ponen muy difícil.
-¿Difícil? ¿Ha dicho usted “difícil”?
-Sí…
-¿Con tilde en la segunda sílaba? ¿Por qué suda tanto?
-No sé que hes una silava.
-Oh vamos, y ahora lo intenta arreglar con esa uve tan sobreactuada. ¿A quién pretende engañar? A puesto usted una tilde korrektamente a dificil y pretende que le dejemos hentrar en el cuerpo, LOKOH?
-Porfavó…tenga piedá. Que tengo unos ijos que alimentar. Demuestre halgo de empatía.
-¿A DICHO USTED EMPATÍA? ¡DETENGAN A HESTE HISMPOSTOR!
-Dios Santo, esto es kafkiano. Baje la voz.
-¿KAFQUÉ? ¿Está usted utilizando un adjetivo basado en una referencia literaria compleja?
-Oiga, ¿y cómo sabe usted todo esto? ¿Es que conoce a Kafka? Un momento, ¡usted también es un impostor!
-¡No me canvie de tema!
-No me salga ahora con uves. ¡No engaña a nadie! Confiese, ¡usted también mintió en el examen de ortografía! ¡Cáspita!, pero ¿qué patraña rocambolesca es esta?
-Se lo pido, haga mutis por el foro, por favor. Soy ingeniero aeronáutico y master cum laude en lenguas muertas, pero esto es España, la cosa está fatal, usted ya sabe…de algo hay que trabajar.
-¿Qué me va a decir a mí? Soy catedrático de Física Cuántica. Llevo dos días sin comer. Tranquilo, me causan una desazón inenarrable estos tiempos de homo homini lupus que padecemos.
-Bueno, veo que nos entendemos, Antonio. Usted no dice nada y yo no digo nada. Examen suspendido y tan amigos. Debo decirle que el 90% de los policías somos intelectuales. De hecho, la mayoría somos superdotados. Mire, pásese los miércoles por aquí, tenemos un club clandestino de debate de madrugada. La semana que viene hablaremos de la metafísica nietzscheana y su influencia sobre la obra de Rubén Darío. La contraseña es Zaratustra.
-Muchas gracias, de berda.
-No ay de que, Hantonio, bienbenido al cuerpo.