El PP fue el más votado en las últimas elecciones autonómicas murcianas, pero necesitaba pactar con Ciudadanos. Su candidato, Pedro Antonio Sánchez, estaba en la picota por numerosos casos de corrupción, siendo vox populi que empezaría a ser imputado por ellos durante los meses siguientes. Y así fue: las imputaciones judiciales comenzaron a caer tras su investidura (pues fue inicialmente investido como presidente con el apoyo de Ciudadanos) y Ciudadanos dijo al PP que o dimitía o no seguiría sosteniendo al gobierno regional. La cúpula del PP se reunió y encontró la solución: Testafer.
Testafer (cuyo nombre completo es Fernando López Miras) era un nini sin carrera profesional alguna y con una agudeza intelectual muy limitada que había vivido del PP durante mucho tiempo. Comenzó en sus juventudes, logró varios cargos y se convirtió en una pieza de engranaje del partido. Una pieza que no destacaba por su valía sino todo lo contrario. Y el PP decidió presentar a Testafer como su candidato precisamente por esos factores: querían a alguien dependiente, manipulable, débil y, por tanto, fácilmente desechable en cuanto Pedro Antonio Sánchez se librase de sus imputaciones. Testafer, aparte de su indigencia intelectual, dependía totalmente del partido porque, al no ser un profesional autosuficiente que pudiese ganarse la vida por sí mismo, era esclavo de la voluntad de los prebostes populares, que eran quienes decidirían dónde colocarle (o no colocarle) dependiendo de si obedecía o no las órdenes. Por tanto, la idea era que en cuanto Pedro Antonio Sánchez se librase de las imputaciones, Testafer "dimitiese" y él volviese al cargo de presidente.
Testafer fue investido presidente pero las cosas se torcieron para el PP. Pedro Antonio Sánchez fue procesado por sus causas de corrupción y ya no volverá más. Por eso Testafer se ha aposentado en el cargo, es candidato a las próximas elecciones autonómicas y seguirá regalándonos momentos memorables como el del anuncio de vuelos murcianos a Manchester United tuiterismoilustrado.com/presidente-murcia-vuelos-corvera-manchester-un o este magistral mitin www.youtube.com/watch?v=nBY7PMO47ag
Vamos ahora a las elecciones generales y examinemos a los candidatos de los principales partidos:
-Pablo Casado: no ha cotizado un solo día de su vida. Su fuente de ingresos es el PP, dependiendo totalmente de los cargos que se le han dado a tal efecto. Para colmo, no ha aprovechado su tiempo libre para aprender Derecho.
-Santiago Abascal: ni un día cotizado. Su fuente de ingresos fue el PP hasta que montó Vox (entonces la fuente pasó a ser Vox), siendo especialmente obscena la fundación sin actividad que Esperanza Aguirre montó para mantenerle con un sueldazo www.eldiario.es/madrid/Abascal-consiguio-fundacion-Comunidad-Madrid_0_ Tampoco ha aprovechado su tiempo libre para culturizarse, y por tal motivo suele quedar bastante mal cuando le preguntan por cualquier cosa que no sean la sagrada unidad de España y el peligro de la invasión mora.
-Pedro Sánchez: se le conocen algunas clases en una universidad privada, pero desde su más tierna juventud estuvo ocupando cargos en el PSOE y a ello dedicó su "carrera".
-Albert Rivera: 4 años cotizados en La Caixa, donde acabó trabajando como letrado de su asesoría jurídica (teniendo 40 años, 4 años cotizados son bastante pocos, pero al menos inició una carrera profesional).
-Pablo Iglesias: profesor interino de ciencias políticas durante 6 años en la Complutense, y trabajos para la Fundación CEPS desde 2006.
Este panorama (generalizadamente desolador, aunque en algunos casos bastante más que en otros) no es casual. Desde mi punto de vista, la lógica de Vito Corleone es la causa de todo esto. Tras la mayoría de partidos hay centros de intereses muy poderosos y diversos. Familias, lobbies, grandes empresas que financian...y todos quieren su parte del pastel. A este respecto, hay un equilibrio de intereses que todos negocian, y que debe ser respetado. Ello obliga a que la cara visible del proyecto sea débil y manipulable, esclava del aparato e incapaz de sublevarse para imponer su proyecto a las pretensiones de quien financia su campaña o le da apoyo. Por eso se elige a ninis.
Difícilmente veréis como candidato a presidente del gobierno a un gran abogado, profesor de universidad o profesional plenamente solvente que, por idealismo, decida entrar en la arena política para defender su proyecto. No convienen, porque pueden desobedecer las órdenes de quienes usan su partido para satisfacer sus intereses personales. Hacen falta esclavos de cara bonita, que enamoren a las masas con sus eslóganes huecos y "juventud", pero que tengan bien claro que sin el partido no son nada porque no saben ganarse la vida por sí mismos, y que si desobedecen caerán en el ostracismo. Hacen falta marionetas conscientes de su papel y felices con él, que no protesten cuando las manos que hay tras ellos se turnen para coger los hilos. Por eso hoy, tristemente, la primera línea política (o más bien la imagen que la representa) es cosa de ninis (salvo alguna excepción puntual).