Una de las revistas de propaganda de guerra más interesantes que he conocido, y probablemente la mejor elaborada técnicamente, era la revista Signal, órgano de propaganda de la Alemania Nazi. Su estilo, como podéis ver en la portada que acompaña a estas líneas, era bastante alejado de las ediciones de otros países, pero su contenido era igual de tóxico que el de cualquier otra publicación, de cualquier nacionalidad, en aquel momento.
La ventaja de Signal, o de cualquier ejemplar de el muy británico Times publicado en los años 40, es que por ahí siguen, y con un poco de suerte aún se puede comprar algún ejemplar en una subasta anticuaria. La guerra la ganaron los aliados y, con el tiempo, al comparar lo que se contaba durante la guerra con lo que poco a poco se fue sabiendo después, nos convencimos todos de que estas revistas bien podían ser calificadas como publicaciones de humor.
Pero ahora, con el triunfo d elo digital, mucho me temo que tras el fin de la guerra haya una avalancha de ediciones del material publicado y que todo acabe como en la Wikipedia, donde la última moda determina la última versión. Por eso, y ya lo estoy haciendo, creo que sería interesante ir guardando capturas de pantalla e impresiones en PDF de los artículos que se vayan publicando, para cotejar su contenido con lo que, en unos meses o años, nos dirá que se publicó.
Sí, habéis entendido bien: sospecho que se intentará falsificar la historia. Se intentarán falsificar las opiniones, las predicciones y las valoraciones que ahora van haciendo sobre la marcha. Unos u otros, los que ganen o los que pierdan, si es que se llega a un resultado final, tratarán de demostrarnos que ya lo habían dicho, que tenían razón, y que ellos ni mentían ni intoxicaban.
Es falso. Mienten e intoxican todos. Yo trato de seguir cada días las versiones de ambos bandos y lo cierto es que con unos levanto una ceja y con los otros, las dos. El nivel de credulidad de la gente que consume esas porquerías como si fuesen verdades, es impresionante. Algunos periódicos españoles se están comportando como verdaderos palanganeros, y algunos grupos de redes sociales, como auténticos sujetacirios. Y todo, por una guerra que nos cae a tres mil kilómetros, y en la que de momento no participamos. ¿Qué sería si fuese aquí al lado?
El nivel de la prensa española es una puta vergüenza. Eran más honrados los ingleses del Times o los alemanes de Signal durante la Guerra Mundial que algunos periodistas de El Mundo, El Español o Público, por citar algunos.
Y encima, como digo, estoy casi seguro de que en el futuro modificarán sus contenidos digitales para maquilla el ridículo de mierda que están haciendo. Quedarán las escuálidas ediciones impresas en papel, eso sí, pero como esas no son accesibles a casi nadie, terminarán considerándose irrelevantes en cualquier debate.
Por eso hay que capturar pantallas. Por eso hay que imprimir PDF.