Imaginemos que a unos pocos días de las elecciones se filtrasen unos audios en los que Feijoo dijera algo así como:
Hay que ser gilipollas para que un currito de clase media me vote
¿Cuantos millones de votos seguiría recibiendo Feijoo a pesar de esos audios? ¿Cuantos de esos curritos de clase media lo justificarían en redes sociales? ¿Y en Meneame?
¿Tanta falta de amor propio tiene una persona para que le meen en la cara y seguir pidiendo más?
Ya, ya lo sé, estoy basando toda mi hipótesis en una premisa falsa, tales audios no existen. ¿Pero de verdad necesitamos oirlo de su propia boca para saber si de verdad piensa así?
Porque Feijoo se postula como presidente de gobierno sabiendo que, al menos en el pasado, fue amigo de un conocdio narco, recibe un sobresueldo que se niega a especificar, ha acudido a un debate electoral usando la táctica del ventilador de mierda mentiras y preside un partido que, en fin, fue condenado como responsable a título lucrativo por la trama Gürtel, que se mofó de las víctimas del mayor accidente de metro de toda la historia europea, que mintió sobre la autoría del atentado más grave del país y que por robar, ha robado hasta el dinero destinado a hospitales en el tercer mundo.
Sí, vale, es verdad, Feijoo no ha dicho literalmente la frase citada de más arriba.
Pero tampoco es que haga falta.
¿No?