Hablar de calentamiento global es exagerado porque siempre hizo calor en verano.
Alarmar a la población por episodios de lluvias torrenciales es innecesario, porque antes también llovía.
Que la misma gente que entrega voluntariamente sus datos privados a empresas y gobiernos extranjeros a diario en redes sociales, ahora se queje del intrusismo de sus propias instituciones por mandarles una alerta meteorológica al móvil no nos debería sorprender tampoco.
Porque siempre hubo gente así, sólo que gracias al internet de los cuñados ahora tienen más visibilidad.