Dónde habrá quedado aquella letanía. Aquel mensaje que se repetía cansinamente. Aquello que los propios simpatizantes del PP te largaban en cualquier conversación de bar para explicarte que el pacto del PSOE con Podemos era la ruina del PSOE porque los extremismos no funcionan, que en España, las elecciones se ganan por el centro.
Quién les iba a decir a los propios políticos y simpatizantes del PP que acabarían en un tremendo "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago", y que al final, no seguir sus propios consejos les está arrinconando en un ostracismo sin escapatoria.
El PSOE sí supo, sin dar tanto la brasa, cumplir esa premisa de acercarse al centro, al centro europeo, y su coalición con Podemos empujó a España a unas condiciones un poco mejores que las de la década pasada (aunque insuficientes ya que lo ganado por un lado -salarios- se pierde por el otro -inflación-, pero eso es un asunto mucho más complejo que no es la finalidad de estas líneas).
El PP, viendo el triunfo de algunos candidatos populistas por el extranjero, pensó que un redoble de crispación podría llevarles por la misma senda, pero volvieron a olvidar donde estaban. Si el dicho decía "en España las elecciones se ganan por el centro", quizá tuvieron que tener en cuenta esas dos primeras palabras, "en España". Lo que esté funcionando en el extranjero no tiene por qué necesariamente funcionar en España.
Quizá se olvidan que España fue uno de los últimos países de occidente de salir de una dictadura. Los resortes políticos que puedan funcionar en EE.UU. no tienen por qué funcionar en España, lo que suceda con una candidata fascista en Francia o Italia no tiene por qué servir para España.
Mis convicciones progresistas me hacen alegrarme de que un partido corrupto, mentiroso y socio de la extrema derecha esté arrinconado dando vueltas sin saber cómo escapar. Pero mis convicciones como demócrata me hacen desear que España contara con una alternativa política de centro-derecha que propusiera opciones de gestión diferentes y proporcionara una alternancia sensata entre opciones. Pero esa alternativa política no está en el PP. Nunca ha habido una verdadera renovación dentro del PP, todo su aparato está infestado e infectado por la corrupción, se han instalado en un discurso rancio y en una oposición a la crítica sin alternativas.
Podría decir, incluso, que quizá hasta lamento la desaparición de Ciudadanos, que pese a haber tenido problemas con su dirección, quizá ahí dentro sí había gente útil, capaz, trabajadora y con alternativas de gestión que sirvieran para algo.