La primera vez que le espeté a un meneante que la presión fiscal en España era media-baja me contestó que la presión fiscal no era útil para comparar cargas fiscales. -Si tan socialista eres y estás a favor de la progresividad de los impuestos, lo que tendrás que comparar es el esfuerzo fiscal-. No supe dónde esconderme. ¿Cómo se puede defender que los tipos máximos de IRPF por muy altos que sean resultan irrisorios para ciertos ciudadanos acaudalados y no tener en cuenta esta progresividad cuando comparo la carga fiscal de los países de nuestro entorno? ¡Qué problemón!
Sí, es cierto que las etapas de crecimiento mayores y más largas en los países capitalistas se han dado con mayores impuestos, gasto social, etc. Pues habrá cambiado la naturaleza de la economía, digo yo.
¿Me he quedado sin el chascarrillo sobre la fulgurante economía liberal del general Videla?
El esfuerzo fiscal es la relación entre la carga real fiscal y la que realmente se podría soportar. Y España parece, según muchas voces, que no puede soportar mucho más. Una vez que se empieza a bucear en este tema (esnorquel, más bien) se descubre que es un concepto muy generalizado y aceptado en España. Son medios serios, o que deberían serlo. Desde El Blog Salmón, pymesyautónomos.com, hasta el socialista (por aquello de asesorar a partidos socialdemócratas como el PP) Lacalle en el diario El Español .
Todos definen el esfuerzo fiscal como la presión fiscal entre la renta per cápita (multiplicado por cien). Este índice se denomina índice de Frank. Claro, parece que tiene sentido. Dividir entre renta per cápita. Intuitivo ¿no?
Como ingeniero técnico tiendo a prestar atención al análisis de las unidades. ¡Cuántas fórmulas he recordado en algún examen razonando inversamente desde las magnitudes físicas! Pero la inversa de la renta per cápita (rpc -1) me parece algo difícil de interpretar. Quizás pase como con los Hercios. S-1 Realmente significa unidades de ciclo por cada segundo, no segundos invertidos. Total, yo no he estudiado ciencias económicas, se tratará de un caso parecido. En todo caso es difícil encontrar información especializada sobre este señor o su índice en los diarios españoles en la web, más allá de que expongan la sencilla fórmula antes de defender la necesidad de bajar los impuestos. Sí hay críticas aceradas de algunos medios progresistas:
"Henry Aaron terminó por negar al índice de Frank toda utilidad para la comparación de sistemas tributarios."
¿Quizás por eso, en inglés tampoco se encuentra fácilmente información sobre el índice o sobre la biografía de Henry J. Frank? Antes de tachar el razonamiento de un argumento por lo que otros dicen, es conveniente intentar comprenderlo por uno mismo.
Supongamos dos países, uno con renta per cápita 15.000 € y otro 40.000 €. En el primero la presión fiscal es del 37,5% del PIB y en el otro, una presión fiscal altísima equivalente al 90% del PIB. Si calculamos el esfuerzo fiscal en el primer país sería (37,5%/15.000)*100 = 0,25 y en el otro país sería (90%/45.000)*100 = 0,2.
Uhm...
Otro ejemplo:
Si un país recauda 300 mill. €, con un PIB de 1000 mill. € y una población de 10 millones personas, la presión fiscal será del 30%, la renta per cápita será de 100€ y el esfuerzo fiscal será de 0,3. Ahora imaginemos otro país, mucho más rico, que con una población de 10 millones de personas genera un valor del PIB de 100.000 mill. €. La renta per cápita será de 10.000 €. ¿Cuál deberá ser la presión fiscal para que el esfuerzo sea igual? ¡el 3000% de la riqueza generada para el estado! Eso es Hugo Chávez con un portal interdimensional nasionalisando el 100% de la economía de 30 Venezuelas...
Estos sencillos ejemplos revelan lo que ya avanzaba ese diario progre, que este es un índice que el mismo mundo académico rechaza:
En un estudio empírico del esfuerzo fiscal sobre un grupo de países latinoamericanos y europeos, Richard Bird (1964), propuso definir el índice como la relación entre la recaudación tributaria y la renta disponible, de esta manera, se recogían las diferencias en las rentas entre los países. Sin embargo, y como el mismo Bird señalaba, los resultados obtenidos tampoco son totalmente fiables puesto que, aunque mejoran respecto a los que se obtienen cuando se utiliza el Índice de Frank, se desestiman otros factores que también son importantes al calcular el verdadero esfuerzo fiscal, como por ejemplo, los casos de exportación de la carga fiscal entre países, la economía sumergida y el nivel de capacidad recaudatoria del país. En un artículo crítico Henry Aarón (1965), añadió a las debilidades señaladas por Bird, el no tener en cuenta también las diferencias de renta al interior de los países. [...] Por estas razones, ambos autores, Bird y Aaron, coinciden en los errores de interpretación que arrojan utilizar el índice de esfuerzo fiscal en comparaciones internacionales. De ahí que Bird aconseja incluir este índice como una primera aproximación a los estudios comparativos del esfuerzo fiscal entre países. Aaron es más radical, y niega cualquier utilidad del Índice en estudios comparativos, por el contrario, recomienda en ese caso recurrir a indicadores más ajustados a las características de cada país.
El concepto de fondo sigue siendo válido (Más me vale o se me acabó el criticar a El Rubius). A mayor poder económico, mayor capacidad de recaudación. Debe de poder estudiarse qué capacidad recaudatoria tiene cada país, para poder hacer una comparación más o menos lógica.
Efectivamente, hay otros índices y cálculos del esfuerzo fiscal de un estado. Pero si atendemos a estos, la posición de España se hunde en la "clasificación". Como ejemplo referencio un paper sobre el esfuerzo fiscal del Banco Mundial Tax Capacity and Tax Effort: Extended Cross-Country Analysis from 1994 to 2009.
Se puede descargar y aprehender la complejidad del análisis del esfuerzo y la capacidad de recaudación de un país. En la pág. 22 y 27, para impacientes, hay unas tablas que sitúan al Reino de España en la zona de esfuerzo fiscal medio.
Aquí otro informe, esta vez del FMI con datos hasta 2011-2012. Este grupo de trabajo utiliza tres métodos para indexar el esfuerzo fiscal, además de dar una medida de la capacidad fiscal. Extraigo algunos datos escogidos por mí para visualizar el panorama que dibuja:
Para los que la fecha de los datos suponga una fuente de escepticismo, se puede comprobar que el PIB de España lleva más de dos años por encima del nivel de 2007, la población no ha variado ostensiblemente, y la presión fiscal sigue estando dentro de la tendencia histórica convergente con el resto de paises de la OCDE.
Esto es un infierno fiscal. ¡Dios mío, no me siento la cartera!
No veo por ninguna parte el infierno fiscal que muchos dicen que España es. Me parece, después de todo, que es bastante aventurado (siendo cortés) tachar de chaladura usar como índice la presión fiscal, que es objetivo y coherente matemáticamente con todas las limitaciones que tiene; y sin embargo usar un índice obsoleto e inoperante para inferir políticas fiscales de él (cómo no, de nuevo patrocinado por la ínclita Escuela Austriaca de Economía).
Entiéndase que este artículo no es un argumento para lo contrario. El contrario también me tendrá que convencer con datos.
Dejo para otro voluntario analizar por qué si en España se pagan pocos impuestos lo mires por donde lo mires, cierto segmento de la "clase media" se encuentra en verdaderos apuros. Si no se paga demasiado, y algunos están ahogados ¿Quién no está pagando? Creo que encontrará en el informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, AIREF, sobre Beneficios Fiscales de 2019 un buen punto de partida.
Un saludo a todos, a mi madre en especial. Mamá, te quiero.