Mi pequeño se levantó de la cama y deseó que no hubiese cole. Y ese día cerraron su colegio. Era el día de cierre por deseo de Iván. Mi esposa deseó un parto apacible y sin complicaciones y un niño precioso. Parió en cincuenta segundos al niño más guapo del mundo, doy fe de ello. Antonio, el vecino, al levantarse también, deseó un buen trabajo. Esa misma mañana una empresa muy internacional lo llamó por teléfono, habían leído su currículo y lo necesitaban para un cargo muy importante.
Había que tener cuidado con lo que pedías. Por poner un ejemplo y no ser muy extenso, Manuel era muy envidioso. Deseaba la casa de Juan, deseaba a Ana, la mujer de este, deseaba su dinero y sus tierras, deseaba incluso que Juan se muriera de asco. Pero Juan sólo deseaba ser feliz y además Ana lo quería con pasión y sólo deseaba tenerlo siempre a su lado. Como podéis comprender Manuel no vio cumplido su deseo.
Nuestro alcalde deseó calles asfaltadas, limpias con aceras nuevas y una buena señalización. Como no podía ser de otra forma, la diputación provincial avisó de que esa misma mañana mandaban a tres empresas distintas para ponerse manos a la obra. Lucas, mi compañero de trabajo, pidió tres meses de vacaciones, después de llevar tres años sin ellas. Nuestro jefe, que había deseado durante muchos meses dinero para poder recuperarse de tanta perdida y al que le había salido un fuerte inversor que compró todo el negocio, llamó a mi compañero avisándole que para poder vender tenía que regularizar su situación. Lo enviaba tres meses al Caribe, a que buscara a un tal Paco decía, a gastos pagados.
Los sevillistas desearon que su equipo ganara la liga. Los madridistas que no la ganara el Barça. Los culés desearon ganarla todos los años hasta tener más títulos que los madridistas. Los valencianistas querían ganarla este año, el que viene y el siguiente. Los atléticos que no la ganaran ninguno de los anteriores. Los numantinos desearon simplemente no quedar los últimos, se les concedió. Los béticos querían un equipo europeo; la UEFA nombró al Betis equipo más europeo del año y les concedió el poder participar en la competición europea que quisiese durante cinco años consecutivos.
Como no podía ser de otra forma, PP, PSOE e IU ganaron las elecciones. Al tener los tres mayoría absoluta no les quedó otra que formar un gobierno de consenso muy de izquierdas, muy religioso, con una formidable política social y con grandes ayudas para las empresas. El presidente del gobierno deseó erradicar el paro. El paro desapareció y todos los currantes obtuvieron un trabajo digno y bien remunerado. Eso, evidentemente, reactivó el consumo, con lo que los empresarios volvieron a ganar dinero a espuertas y fueron tremendamente felices.
La Iglesia deseó que nadie usara condón. Qué nadie abortara. Que las relaciones sexuales sólo tuviesen por objetivo la procreación. Tantos adolescentes desearon condones, y uso de los mismos. Tanta gente deseó disfrutar del sexo sin tapujos por simple diversión, que no se les pudo conceder. Al menos tuvieron algo de suerte, con tantos condones nadie tuvo necesidad de abortar.
Un médico en Ruanda deseó que el hambre, la guerra y las enfermedades se acabaran. Qué todo el mundo tuviese para comer todos los días. Que nadie matara a nadie. Que nadie abusara de nadie. Que nadie enfermara y que el que muriera fuese de muerte natural, en paz y sin sufrimiento. Este deseo, antes que todos los demás, fue concedido.
Yo deseé un mundo feliz, un mundo mejor donde todos nos llevásemos bien. Escribí este pequeño cuento.