Me encanta la política, estudiarla y analizarla, en parte porque como estudié Historia en la universidad estoy convencido de que la implicación en este ámbito es imprescindible para la construcción de un mundo mejor. En ese sentido, hay muchos males que adolecen nuestro sistema social. Entre ellos está el cortoplacismo de nuestros políticos y su intento continuo de convencernos de que los intereses de ciertas élites, normalmente económicas, son los nuestros. Esto es un proceso que se ha repetido en nuestro devenir como humanidad por lo menos desde la sedentarización, lo único que han cambiado son las élites cuyos intereses trataban de identificarse con los del conjunto de la población. En época contemporánea estas élites están vinculadas, al menos en el bloque llamado "occidental", a la burguesía triunfante tras la Revolución Francesa. Esto es una historia muy larga, y mucho se ha escrito sobre ello. Baste decir que esta burguesía nos ha intentado convencer de que lo sabe todo y que el modelo capitalista de corte ultraliberal es lo mejor, bueno... para todo. Un par de guerras mundiales —entre otros muchos conflictos— y la crisis climática son pruebas, entre otras muchas, de que se han pasado de listos y no deberíamos reirles las gracias. Ahí está por ejemplo el gran Walter Benjamin para saber más.
Un ejemplo práctico es la última polémica con Garzón. No hago más que decir que necesitamos políticos que miren a largo plazo, pero como a las élites que os comento —aún de forma autodestructiva— les interesa el corto, se le han echado encima con todo su poder. No os engañaré, soy vegetariano (ya se sabe que lo tenemos que decir a la primera de cambio :-) pero es un proceso muy personal e íntimo, de modo que no tengo ningún problema con las personas que comen carne. De hecho, la mayoría de las personas a las que más quiero lo hacen. Me respetan y las respeto, también en este ámbito. En ese sentido, se ha querido hacer ver que Garzón atacaba —de nuevo, aunque también fueron falaces en este ámbito las críticas que se le hicieron con la polémica del "chuletón"— el consumo en abstracto de carne o a la ganadería en general. Y para nada ha hecho eso. Lo que ha hecho es criticar un modelo contaminante y poco ético de ganadería. Aunque llamar "ganadería" a esos pozos infectos de sufrimiento y contaminación conocido como macrogranjas casi me resulta insultante. Y narices, TIENE RAZÓN. Hay muchas pruebas de ello, ¿pero es que ya no nos acordamos como este modelo económico relacionado con la alimentación, también hortofrutícola, se ha cargado el Mar Menor? Y de nuevo nos insultan con el "no se sabe como ha pasado" o con el "no se podía saber". Y nos insultan a todos, conservadores, progresistas y medio pensionistas.
Y dentro del ejemplo práctico, otro ejemplo práctico. Javier Lambán (o su CM, que viene a ser lo mismo), defensor de modelos tan poco sostenibles como las pistas de esquí y su turismo que yo llamo "de playa en la montaña", en mi opinión nos insultaba de nuevo al hilo de lo que os comento con este tuit:
Estas desgraciadas e insensatas declaraciones son una agresión directa a una parte importante de la economía aragonesa, que se esfuerza por ser competitiva y sostenible. El que las hace no puede ser Ministro de #España ni un día más. Es en si mismo un insulto a la inteligencia
No, señor Lambán. Lo que es un insulto a la inteligencia es hacernos creer que el modelo de macrogranjas, que es lo que critica Garzón es sostenible. Ni siquiera es competitivo. Porque cuando los terrenos se queden hechos unos zorros y las montañas una ruina desértica, nos preguntaremos qué ha ocurrido. Y lo que habrá ocurrido es que de nuevo el modelo cortoplacista se ha querido vender como interés general. Como en el Mar Menor. Como en tantos otros sitios. Pero nos debemos hacer respetar, o no mereceremos ser respetados. Tenemos el poder del voto y de nuestra opinión. Es lo único que pueden entender los políticos frente a los grandes empresarios que los presionan con éxito. En ese sentido yo ya le he respondido:
Claro, es mucho mejor que Aragón se nos quede como el Mar Menor gracias a macrogranjas y al turismo masivo de las pistas de esquí. Luego nos preguntaremos "que ha pasao". El cortoplacismo no solo destruye el planeta sino que acabará destruyendo la economía. #dejadaGarzónenpaz
Así que propongo que ante estas cosas nos oigan, nos escuchen. Como idea, el uso de ese hashtag u otros parecidos como #Garzóntienerazón. Que no nos tomen el pelo, apoyemos a los políticos que miran a largo plazo, que ese sí es verdaderamente nuestro interés.