Alguien por aquí decía que las obviedades no hay que explicarlas. Yo diría que sí:
"¡No digas que lo que digo yo está mal, estás coartando mi libertad de expresión!"
No, mire usted: que alguien diga que su opinión no le gusta no coarta su libertad de expresión. En realidad, esa otra persona esta ejerciendo la suya. La libertad de expresión va en ambos sentidos: usted dice lo que quiere, y el otro también. Además, sepa usted que lo respetable son las personas, no las opiniones. De hecho, hay opiniones que son una puta mierda. Y estoy tan en mi derecho de expresar ese rechazo como esa otra persona de soltar basura por su boca.
"¡No dibujes cosas que ofenden mi religión, estás coartando mi libertad religiosa!"
No, mire usted, volvemos a lo de antes: que alguien dibuje algo que no le gusta y que hace referencia a su religión (o que usted cree que hace referencia a su religión) no coarta su libertad de creer en lo que usted quiera, puede usted seguir haciéndolo mientras lo desee, diga lo que diga quien sea: nada de lo que diga cualquier otro puede hacer que usted deje de ser religioso si usted quiere seguir siéndolo. Esa otra persona está ejerciendo también un derecho, el de libertad de expresión.
"¡No me obligues a llevar mascarilla, o a quedarme en casa, estas coartando MI LIBERTAD!"
No, mire usted: la libertad no es hacer lo que le dé la gana porque yo lo valgo. Puede que a usted no le gusten, pero hay leyes, se toman medidas, se pide la colaboración de la ciudadanía en ciertas situaciones de emergencia, como la actual.
Y, por favor, no insulte usted mi inteligencia haciendo referencia a "la ley natural" cuando se habla de libertad, como me comentó hace unos días alguien al que le molestaba que otras personas ejercieran su libertad para hacer cosas que no dañaban a nadie y estaban dentro de la ley, pero que a esa persona no le gustaban, como dos hombres casándose entre ellos. Mi respuesta fue que, según "la ley natural", que puede ser también "la del más fuerte", yo podría ir a su casa, arrancarle la cabeza de una garrotazo y quedarme con sus bienes. ¿Bien así? ¿O prefería él, tal vez, que hubiera leyes humanas? No lo sé, porque no contestó…
La libertad es como un superpoder, le permite hacer a usted muchas cosas que en otras circunstancias y países no podría, y ya sabe usted lo que decía el tío de Spiderman:
"Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad."
Esa "gran responsabilidad" se traduce, por ejemplo, en colaborar en un esfuerzo común en una situación de emergencia. Y ejercer ese superpoder le va a exigir, además, un esfuerzo: el de informarse, el de no creerse bulos, el de averiguar si los datos que le dan otros son ciertos o no, para, con la información suficiente, poder ejercer ese superpoder con responsabilidad. Y entonces, siempre que no dañe usted a nadie y cumpla con las leyes que han aprobado el Parlamento del país, podrá hacer usted lo que quiera, dentro de esos límites.
En resumidas cuentas, la libertad no es "yo hago lo que quiero, pero no se te ocurra hacer nada que me moleste o disguste, o estarás atacando mi libertad". No, mire usted: resulta que usted puede ejercer su libertad, pero los demás también.