Al igual que la mente envía señales al cuerpo para actuar, también sucede al revés: el cuerpo envía señales a la mente. Se condicionan mutuamente.
Lo tercero, el alma, es "La Película que se han Montado los Humanos", porque en realidad eso que a veces sentimos que está pero que no terminamos de ubicar en nosotros, es el conjunto de cuerpo y mente al mismo tiempo, equilibrados.
A la música me remito, donde hay canciones para bailar y otras para analizar. Es entonces que existe el tercer tipo, la que enaltece la emoción y el sentimiento. Es la unión de mente y cuerpo, pues lo que llena el pecho es el cuerpo bailando por dentro, gozando por su parte la mente de lo que nos gusta: un cuerpo íntegro y completo tenso por el subidón artístico.
Lo que nos diferencia de los animales es la conciencia, la cual parece tener dos voces contradictorias. Es el precio a pagar, supongo, o más bien es lo lógico cuando se posee este tipo de cerebro.
Estamos en conflicto interno, divididos, malditos a no poder entender nuestra complejidad.
Nos autosaboteamos. A lo que pregunto, ¿de qué sirve para la supervivencia? ¿Por qué ha surgido en nuestra evolución? Es como la belleza, ¿ha venido implícita nuestra percepción de lo estético en nuestro desarrollo como homínidos? Porque, ¿nos sirve o sirvió para sobrevivir como especie? Dos extremos tan inherentes de nuestra forma de ser.
El cerebro animal funciona por instinto. Eso da la ventaja de una armonía perfecta entre cuerpo y mente.
El cerebro humano tiene como ventaja haber logrado el mundo actual, a cambio del desequilibrio entre estas dos partes o voces (un sentido común dispar) en nosotros.