Ahora que parece que en la internete se ha puesto de moda recurrir a ChatGPT para intentar justificar o insinuar como correctas ciertas posiciones políticas o filosóficas, la verdad es que uno esperaba, al interactuar con el programa, encontrarse algo así como un irradiador de conocimiento que le dejara perplejo y en shock. Bendita tecnología, que viene al mundo a salvarnos, pensaba uno. Pues no, nada más lejos de la realidad, tras una primera tarde interactuando con Chaty (lo de ponerle nombre propio es porque rápido uno le coge un extraño cariño a la criatura, dada su candidez) la decepción es mayúscula. Veamos un ejemplo:
Primera pregunta que hago a Chaty tras darme de alta en la aplicación, y como soy un ser malvado que en ocasiones se rogocija en lo inoperante e intrascendente, le propongo me responda sobre todo un clásico de la filosofía: "¿Todo lo que existe es real, y todo lo que es real existe?". Veamos que nos contesta:
Imagino a algún lector frunciendo un poquito el ceño ante alguna de las afirmaciones que ya Chaty presenta en esta breve repuesta, y con razón. Pero no es objeto de este artículo entrar a la cuestión; quédense que de primeras para Chaty existencia y realidad no presentan relación de necesidad.
Uno sigue diez minutillos haciendo preguntas de diferente índole, y rápido observa que el programa es muy reactivo a las propias respuestas que a lo largo de una "conversación" propone. Vamos, que tiene algo más que un punto de recurrente. Con esto en la cabeza, me propongo volver ahora a realizar la misma pregunta que se planteó anteriormente, pero ahora precedido de un brevísimo preámbulo (apenas dos preguntas). Veamos (lector despistado, fíjese en lo que destaco en amarillo):
Chaty nos afirma que el concepto de "real" se refiere a algo que existe objetivamente, y que el concepto de "existencia" se refiere a la condición de ser real... mmmm... pues terminemos la conversación haciendo síntesis de estas dos afirmaciones, y volviendo a repetir la pregunta que ya se hizo en la primera charla en la que nos conocimos:
De afirmar en un principio que "no necesariamente todo lo que existe es real, ni todo lo que es real existe" pasamos ahora a que "en cualquier caso, todo lo que es real existe, y todo lo que existe es real". Pues vaya. En apenas 10 minutos de charla el robot ya se contradice... va a ser que no es muy diferente al meneante (ya les escribí anteriormente que rápido se le coge cariño a la criatura).
El caso es que tras otro rato de conversación con la máquina, se me han hecho muy evidentes los errores lógicos, contradicciones y la facilidad que en ocasiones Chaty puede llegar a presentar para conducir las respuestas hacia donde uno quiera (por ejemplo, ha sido muy divertida una conversación sobre si los derechos solo existen en tanto se puedan ejercer)... pero como no es mi intención aburrirles más con textos que traten sobre ChatGPT (aquí mismo en Menéame encontraran varios en la lista de artículos, y la prensa está inundada de estos) baste todo esto que les escribí como ejemplo.
Así que permítanme el atrevimiento de dejarles una advertencia: que no pretendan presentarnos a ChatGPT como autoridad a partir de la que justificar como verdaderas y correctas ciertas posiciones políticas o filosóficas. No, al menos todavía no. Pues el niño tiene aún un lío que no veas.