Llevamos más de un mes de guerra, y Europa sigue comprando el gas a Rusia. Da igual lo que digamos de las sanciones, de la voluntad de destruir la economía Rusa o lo que toque: les seguimos comprando del orden de 700 millones de Euros diarios, sólo en gas. Y pagando a tocateja en los bancos que quedaron fuera de las sanciones, precisamente para poder seguir pagando el chute.
Luego llegó Putin y exigió que el gas se pagase en rublos. Muchos se negaron, pero no se ha vuelto a informar sobre el asunto y no sabemos, en realidad, si ese gas que sigue llegando, se está pagando en rublos, dólares, euros, o vírgenes quinceañeras. Y cuando no lo sabemos, ni se habla de ello, el viejo cabrón que llevo dentro alza una ceja y desconfía.
Y hoy resulta que sale una noticia de que se ha cortado el flujo en uno de los gaseoductos, y auqnue puede se cualquier problema técnico o de otro tipo, similar a los que ya han tenido lugar en otras ocasiones, no queda más remedio que alzar la otra ceja, porque por ese gaseoducto entre el 15% del gas ruso que se consume en Europa.
Puede que sea un aviso con el 15%, una cantidad baja, pero significativa, o puede que no sea nada, pero da para reflexionar.
Si eres adicto al gas ruso, un puto yonki, un colgao que no puede vivir sin él, ¿de verdad es nuena idea sancionar a tu camello? Ya sé que hasta ahora no se ha hecho y que el gas se sigue comprando, ¿pero como encaja eso con la retórica de cerrar allí las empresas occientales y apretar con las sanciones? ¿Vamos en serio cuando cerramos Zara, Renault, McDonalds y Cartier, pero seguimos comprando una millonada en gas?
La cuestión es que nuestra sancione simpiden a Rusia comprar una serie de cosas de las el país no dispone, pero parece ser que sí disponen de energía y alimentos, de recursos naturales y materias primas, y a lo mejor les estamnos obligando, pro la fuerza, a dejar de ser una caterva de mangantes e industrializar su país. Y lo peor de todo es que sabemos, lo sabemos a ciencia cierta, es que si se ponen pueden hacerlo, proque no sería la primera vez.
A lo mejor estamos ante un concurso de colgaos y eso va a marcar el resultado de este enfrentamiento. ¿Quién es más adicto, ellos a nuestros productos terminados o nosotros a sus materias primas?
No sé, pero el día de la hambruna yo no apostaría gran cosa por el que tiene el dinero frente al que tiene la hogaza.