Creo que no soy sospechoso de apoyar a IU o a cualquier forma de comunismo. Es más: afirmo que me da por culo IU o cualquier forma de comunismo, y prefiero repetirlo, en este sitio, con la audiencia de este sitio, por si a alguien no le quedaba claro.
Dicho lo cual, celebro de todo corazón que se haya elegido, como dicen a Alberto Garzón para el Ministerio de Consumo. Lo apoyo. Le apoyo a él personalmente y apoyo la idea que subyace tras este nombramiento.
Porque aunque a nivel general su ideología no puede traernos nada bueno (es mi opinión), a nivel local, y en ese tema concreto, nos viene divinamente a los ciudadanos.
Y nos viene bien, porque todos los encargados anteriores de consumo parecían puestos ah`´i por los enemigos de los consumidores , mientras que Garzón, se espera, al menos se espera que no se agache desde el primer día. Puede hacerlo el tercero, vale, pero a su imagen no le permitirá hacerlo desde el primero. Y eso es mucho.
Nos viene bien porque la escenografía impide a los comunistas dar la razón incondicionalmente a las eléctricas, a las telecos y a los bancos. La escenografía impide que los comunistas permitan a las operadoras y a las compañías aéreas reírse de nosotros. Lo que sí es normal entre los comunistas es la neolengua, así que a lo mejor tenemos que acostumbrarnos a que se llame leche al agua con yeso, porque ellos son así, y lo de sodomizar al diccionario lo dan siempre por bueno, pero es un mal menor comparado con lo que venimos aguantando hasta ahora.
Y nos viene bien, sobre tod, porque las transferencias de consumo están todas o casi todas transferidas a Comunidades Autónomas y ayuntamientos y aquí, aquí es donde vamos a ver lo que mola eso de repartir competencias entre caciques, que es lo que ha hecho el Estado de las Autonomías y a lo que se va a enfrentar un tío medio o dos tercios de honrado (o más) como el Garzón. Aquí es donde van a ver estos tíos, de una puñetera vez, lo que mola eso de federalizar, disgregar y diseminar cuando eres tú el que legisla e intenta racionalizar las cosas con la simple intebnción de que funcionen un poco mejor.
De esta, Garzón se hace centralista: admito apuestas.
Por lo demás, mi enhorabuena y mi apoyo. En serio. De corazón.
A por ellos, coño.