He estado fuera por un tiempo, y eso me ha impedido dar la brasa aquí, pero me ha permitido conocer otras opiniones, otros modos de ver las cosas y otras sensibilidades.
Lo primero que tengo que contar es que que cada vez sabemos menos de lo que pasa por ahí fuera. La prensa se ha vuelto boinera y ombliguista, y hay que reconocer que Menéame es uno de los pocos sitios donde aún se puede informar uno sobre cosas como las huelgas francesas o el malestar en media Europa por la situación general.
Las cosas andan por ahí mas tensas de lo que nos cuentan. La industria alemana acusa el golpe de las sanciones a Rusia más de lo que nos dicen y la gente se cabrea por minutos.
Y de ahí viene el título de este artículo. La opinión más frecuente en Alemania es que la guerra de Ucrania acabará cuando se hayan gastado 200.000 millones y 200.000 vidas. El pacto ya está hecho. La negociación, ya está cerrada. Sólo falta matar a más gente y arruinar a más personas. Lo demás, ya está decidido.
Me pareció terrible escuchar esto la primera vez. La segunda, levanté una ceja. La tercera, me costó tragarlo.
Yo no sé si saben más que nosotros, pero no lo creo. Pero allí parecen tenerlo claro: no se le puede ganar la guerra a Rusia pero tampoco se puede perder. Para cumplir con ambas premisas hay que sufrir mucho, gastar mucho, y vender la impresión de que el acuerdo que se alcance es el mejor de los posibles. Puede que con la independencia del Donbas. Puede que con un acuerdo de mínimos. Pero con Europa sojuzgada por el precio de la energía y con las potencias anglosajonas tratando de encaminar el orden mundial hacia sus intreses.
Y el caso es que a la gente no le gusta esa solución y esto va a provocar grandes o pequeñas convulsiones políticas en el futuro. Y el caso es que 200.000 millones y 200.000 muertos es demasiado gasto.
Pero aquí no se habla de eso. En cambio, en Alemania, parece que no les importa hablar de que los tanques rusos vienen de Rusia y los tanques ucranianos, y sus municiones, vienen de Europa y de dónde se puedan comprar.
Como yo, habréis leído informes sobre miles de millones aprobados en Europa para comprar munición para Ucrania. Lo que aquí no leemos, es de dónde viene esa munición: México, Perú, Indonesia, Pakistan... O sea: líneas de suministro absurdamente largas que pueden mantenerse sólo a corto plazo, pero que no servirán de nada si el conflicto se alarga.
Les entregamos 180 tanques entre los Leopard, los Chalengers y los Abrahams. Eso no da ni para una ofensiva contra Estonia, y mucho menos contra Rusia.
La realidad es que sólo se trata de poner muertos y millones, para llegar al mismo acuerdo que podríamos buscar mañana. Uno de esos acuerdos que no contenta a nadie pero pueden parar la guerra.
Si lo que se busca es que Rusia se retire, pague reparaciones y ponga a sus líderes a disposición de los Tribunales Internacionales, para eso necesitamos una rendición incodicional. Y no va a salir barata. Quizás toda nuestra sangre no sea sufuciente para pagar eso.
Y mucha gente, en todas partes, no está por la labor de esa apuesta.