En general no son películas malas porque tener un estilo único, coherente y que quieras seguir viéndola es difícil de lograr. Ya le sube varios puntos. En el primer visionado le das poca importancia a la trama, los diálogos y lo que ocurrió tres escenas atrás.
Efectivamente, son películas para ver muchas veces. Es imposible entenderlas a la primera. Y es opcional hacerlo, el argumento es lo de menos. Dos ejemplos: Stoker (2013) y Mr. Nobody (2009). La primera es la única película estadounidense del director coreano Park Chan-wook (Oldboy, 2003) y sí, la trama se torna intrincada.
Es decir, están filmadas de forma inusual pero sin ser experimental frustrante. Nadie puede ver los diez primeros minutos de Stoker y decir "es una película cualquiera". El manejo de la cámara y su estilo visual son únicos (recuerda por momentos al anime), con el agregado de meter alguna transición curiosa típica de él.
Al diferencia de lo que ocurre con "Películas malas que nos gustan porque tienen ideas interesantes", acá abundan las de género drama como principal. Te captura la mente por completo, divagar no es una opción y solo queda entregarte. Vale lo que entendiste al momento, cambiando el significado de escenas mientras más veces la ves.