Parte 1: la política y los políticos
Uno de los valiosos legados de nuestra gloriosa y modélica transición fue darle continuidad a la máxima franquista del "Haga como yo, no se meta en política".
Este paradigma, nacido en los albores del desarrollismo, propone al individuo medio dejar la política a los expertos (¡los "políticos"!). Privatiza la política, que pasa de ser un instrumento para la autodeterminación de las masas, a un juguete en manos de 4 enchufados y 3 palmeros.
Así se reduce la categoría "política" a todo aquello que se trata en las Cortes Generales. De esta manera, hablar de política -en "democracia"- es hablar de partidos políticos, de leyes, de elecciones y debates parlamentarios.
Que la calle de en frente de tu casa siga sin asfaltar no es política, que la frecuencia del autobús no sea la adecuada no es política, que en el colegio de tus hijos no haya suficientes profesores o materiales, por supuesto, no es política (y si piensas lo contrario y te indignan las listas de espera en tu centro de salud o que sistemáticamente no te paguen las horas extra eres un progre, antes un rojo).
Lo que es política viene definido por la sección del telediario en la que nos hablan del último -y tan insulso como irrelevante- "debate" parlamentario; y más recientemente de las babas y perdigones que se disparan dos enajenados tertulianos en prime time, que siempre son los mismos, y siempre son expertos de todo; aunque fundamentalmente no tengan ni puta idea de nada.
Como es lógico, este concepto mutilado de política rápidamente genera un rechazo tan amplio como profundo "todos los políticos son iguales", "la política no vale para nada". Y bueno, es cierto, todos SUS políticos son iguales y SU política no vale para nada. Es una suerte que los trabajadores tengamos otros "políticos" y otra "política" muy diferente a los políticos y la política liberal burguesa.
Y claro, cuando las cosas se empiezan a calentar, cuando la gente empieza a salir a la calle a pedir la amnistía para los presos, cuando los estudiantes se organizan por una universidad pública, laica y de calidad; cuando las mujeres se organizan y consiguen llevar al debate público sus reivindicaciones; cuando los negros salen en masa (y armados) porque literalmente los están matando; ahí, y solo ahí, el mezquino alquimista del politiqueo barato amplía su concepto de política.
Y aprovechando que la política es todo lo malo, todo lo denostado, el ácido que todo lo corrompe, las reivindicaciones del de abajo contra el de arriba pasan a ser política ¡ese sucio arte del engaño y la estafa!
Por supuesto las salvajadas e injusticias del de arriba siguen sin ser política, sus privilegios son el orden natural de las cosas y política es aquello que se sale de lo natural.
Meter a un negro o a una mujer que no enseñe las tetas en un videojuego ¡es hacer política! Exclama indignado nuestro amigo equidistante. Exhumar la fosa común en la que quizá está enterrado tu abuelo es abrir heridas ¡es politizar la historia! Y, por supuesto, que un jugador de fútbol reivindique en su camiseta la lucha del pueblo palestino o se solidarice con el antifascismo es politizar el fútbol (los patrocinios de cocaloa y los tejemanejes de Florentino, no son política por Dios).
La fórmula es fácil, todo lo que a mí no me gusta es política, el resto está muy bien.
Nada más lejos de la realidad.
La política es el instrumento a través del cual los trabajadores nos organizamos para abordar de forma colectiva los problemas que nos afectan. Y si esto lo hacemos así es porque, aunque sea un problema de lo más personal, rara vez va a ser un problema individual lo más normal es que su origen sea también colectivo (y buscar soluciones individuales a problemas colectivos es una práctica liberal tan extendida como ineficaz).
La conclusión entonces es fácil: TODO es política, querido mío. El cómo, cuanto, y qué se produce; el cómo se reparte, el quien decide todo esto; las condiciones laborales, la religión, las relaciones de pareja, familia, amistad; las fiestas de tu puto pueblo, la música de la verbena, el fútbol, la tele, el Netflix y todo lo demás.
Allá donde estén involucrados nuestros intereses como clase, allá tendremos que ir a hacer política, y esto es una tarea personalisma e indelegable (no podemos dejar nuestra política ni en manos de señores con coleta, ni en manos de señores con corbata y traje carísimo).
Y claro, al final la realidad se impone, y todos hablamos de política todo el tiempo, y debatimos, y nos quejamos y en este flujo constante de intercambio de información asoma tímidamente la cabeza un personajillo que llevaba un tiempo escondido: el equidistante, el representante del extremo centro radical. El que ni toma partido ni se moja.
¿Quién es el equidistante? ¿Porqué equidistante y no cualquier otra cosa? ¿Qué tiene de malo el "centro político"? ¿Acaso no es bueno coger ideas de los unos y de los otros? Nada peor que un obtuso hooligan de la política, hay que tener la mente abierta y no casarse con nadie ¡pensar libremente! (pensar libremente aquello que te diga el patrón, claro).
Si el tema interesa en la parte 2 abordaremos estas cuestiones.
Hace siglos (e incluso décadas) era común que una turba analfabeta, pisoteada y llena de odio se apelotonara allí donde un preso iba a ser ajusticiado públicamente, o donde un represaliado político acababa de ser detenido por sus ideas. Lo de menos era la causa por la que se le detenía o ahorcaba. Lo verdaderamente importante era el placer de poder escupirle e increparle.
El vulgo, eternamente cubierto en las heces defecadas por los gobernantes, vomitaba todo su odio y sus frustraciones y, por un momento, dejaba de sentirse en lo más bajo de la escala social, pues encontraba a alguien aún más oprimido y vejado que ellos mismos, y de ese modo podía sentirse, por unos segundos, como aquellos reyes, generales y obispos que diariamente les exprimían, y que eran los mismos que ordenaron ajusticiar o detener al chivo expiatorio.
Estas imágenes me vienen a la cabeza cuando veo a alguna maruja arrabalera o algún gañán asalvajado insultando desde su balcón a gente que pasa por la calle. No hablo de que insulten a un grupo de jóvenes plantados en mitad de la calle haciendo botelleo...hablo de que gritan e increpan a un anciano que camina rápidamente por la calle desierta, o a una chica con una bolsa en la mano.
¿Quién soy yo para increpar a nadie? ¿Acaso sé los motivos por los que esa persona está en la calle, si va al trabajo o ha salido por alguna necesidad? ¿Qué derecho tengo a erigirme en patético agente de la autoridad y juez que condena sin saber? Lo lógico es que, si creo que se está infringiendo la ley y tengo elementos de juicio suficientes para afirmarlo, llame a la policía y deje que ellos se encarguen. Pero yo no soy quién para insultar ni dar órdenes a un desconocido, máxime cuando ni siquiera sé por qué está en la calle.
Bajo el falso civismo de este vulgo moderno, está el mismo veneno de las turbas que tiraban piedras a los ajusticiados. Aburrimiento, bajeza, frustración por sus miserables vidas y ansia de sentirse importantes. Y lo malo es que, para prevenir y superar las crisis, hace falta ciudadanía y no vulgo. Ciudadanía que, por ejemplo, evite que el gasto en sanidad de España sea ridículo en comparación con el alemán, y que mientras allí tienen 29,2 camas de cuidados intensivos por cada 100.000 habitantes, España sólo tenga 9,7. Por eso sí merece la pena gritar, pero tengo la certeza de que quienes vomitan su bilis desde las ventanas nunca lo harán.
Ayer por la tarde me enteré de la caída generalizada de varias redes sociales, tras comunicármelo una paciente que había acudido al servicio de urgencias.
En un principio, no llegué a entender que el motivo por el cual había decidido ir al hospital, estaba relacionado con esta incidencia.
Ella refería opresión torácica, palpitaciones, nerviosismo y sudoración profusa.
La exploración era normal, ECG con ritmo sinusal a 138 lpm, sin otras alteraciones. TA 140/80.
Tras preguntarle qué había pasado, me relató que se encontraba sola en su domicilio, cuando se percató de que había algunas aplicaciones que no estaban funcionando.
Al parecer, realizó varias llamadas a amigos y conocidos, los cuales le confirmaron que se había producido una caída a nivel mundial de Facebook, Instagram y también de Whatsapp.
Uno de ellos (entiendo que de manera irónica) le dijo que "seguro que algo muy grave está pasando", y desde ese instante empezó a notarse muy nerviosa.
El cuadro de ansiedad fue en aumento durante el transcurso de la tarde, hasta que comenzó a encontrarse mal y solicitó que la llevasen al hospital.
Tal y como es preceptivo en estos casos, le pregunté si había tomado algo que pudiese haber alterado su estado, pero negó el consumo de tóxicos.
Me costaba un poco creer que todo estuviese relacionado con una incidencia en 3 aplicaciones, pero lo cierto es que la paciente no tenía antecedentes previos, no estaba a tratamiento y su estado general era bueno.
Llegados a este punto, mis sospechas se centraron en algún tipo de problema personal, como discusiones con la pareja (algo bastante habitual) una crisis en el trabajo, o algo por el estilo.
Nada de nada.
Tengo que decir que he visto con anterioridad muchos otros cuadros de ansiedad relacionados con situaciones bastante inverosímiles, como el de una persona que hizo una apuesta importante en un partido de fútbol, u otro que relaté aquí mismo relacionado con un chico joven que estaba jugando con la Play.
Nunca antes había visto a alguien debutar con esta patología a consecuencia de una caída en el servidor de varias redes sociales.
Desde entonces, llevo dándole algunas vueltas a este asunto, y creo que puedo entender el porqué estas situaciones llegan a producirse.
En primer lugar, hay mucha gente que se encuentra especialmente alterada, aunque ellos no lo noten y juren y perjuren que están perfectamente.
La pandemia, la situación política, social, económica, laboral, es prácticamente imposible que no te afecten de alguna manera.
La "serie de catastróficas desdichas" que vivimos, al final crean una tendencia negativa a partir de la cual uno ya no sabe si esperar el apocalipsis zombie, o la invasión extraterrestre.
No soy experta en el tema, pero es bastante probable que las redes sociales estén jugando un papel normalizador para muchos.
El poder ver que la gente está bien, que se siguen haciendo bromas, vídeos con bailecitos, es tranquilizador en estos momentos.
Por otro lado, también está la tranquilidad que supone el contacto rápido y directo con los amigos y familiares, a un simple golpe de whatsapp, lo que sin duda otorga un plus de seguridad y por ello también de confianza.
Supongo que a partir de ahora vamos a tener que ir acostumbrándonos a atender casos similares, y cada vez en gente más joven.
Personalmente, creo que en lo que se refiere a la influencia de las redes sociales sobre la población, no va a haber una vuelta atrás, por lo que entiendo que no estaría de más ir pensando en la manera de educar a los niños cuanto antes para que sepan hacer un buen uso de ellas.
De hecho, yo soy el mejor ejemplo: ¿Qué hago aquí contando esto, busco reconocimiento, que me den muchos "me gusta", o exponerme a que me critiquen por ello?.
¿Llegará a existir en algún momento la enfermedad o síndrome del meneante (esto dicho así suena un poco raro), la del twittero, la del tiktokero?.
Pues probablemente y parafraseando a la niña de Poltergeist: "Ya están aquiiiiiiiiiiii...".
Próximamente declaro contra Deliveroo en calidad de “Tercero interesado”. La verdad es que nunca llegué a denunciar, siempre me ha dado bastante repelús el papeleo, y todavía sigo huyendo de él. Pero eso, la fiscalía ha creído oportuna mi declaración y allá voy con más ganas que ideas😊
Me metí en Deliveroo hace como dos años. Lo hice sin que me importasen las condiciones: se trataba de trabajar con tu bici. Siempre he dicho que este trabajo es algo así como el Pokemon Go de las bicis: “Tarán” suena tu móvil y entra un pedido, ¿aceptas brodel? “Do you wanna have a nice trip to the centah from Vallecas and then go back, for only 4€*?” Si, el asterisco tiene el mismo tamaño que Australia, podría ser considerado satélite.
Entras, no te dan nada de material, salvo una mochila enorrrme que has de cargar, para la cual has de pagar un depósito de 60 pavos: se te quitarán cuando cobres el primer mes. Ni bici (no saben que bici llevas, se la suda: he visto chavales con BMX ) ni casco, ni un chubasquero pa cuando llueve (con lluvia no hay frenos que valgan!)…
Si pinchas: te jodes, si te caes: te jodes, si te atropellan: Te ponen un abogado… Nah que va.. TE JODES. Estás geolocalizado en todo momento: La aplicación te recomienda el mejor sitio para ir a tu destino, y con esa excusa, los de la centralita saben dónde estás y a dónde te diriges. Si te pierdes, mensaje: Donde coño vas, qué haces. Aunque la gente que trabaja ahí no tenga la culpa, eran gente amable, pero con normas que cumplir. Además, el cliente también te puede seguir desde su móvil, lo que a veces ocasionaba algunas risas.
Y nada, vas to shulo por la city, quemando rueda, tumbando aguja, discutiendo con coches cada dos por tres (al final te hartas cuando sale algún energúmeno con la cara inyectada en sangre dispuesto a destrozarte la tuya. Hay veces que me he pasado con mis venganzas lo reconozco, aunque tengo colegas a los que les han arroyado porque iban muy despacio por una calle de un carril y luego el conductor se ha dado a la fuga…). Eso sí, el estrés nunca te lo quitas, recuerda que eres un estorbo…
Una vez un policía en moto, yendo por la calle Princesa, me dio una buena hostia en la mochila. Me fui a cambiar de carril, y para “avisarme” me dio un hostión y así recolocarme. Me quedé atónito. Me dijo algo así como: “Tú imbécil, ten cuidado, ponte en tu carril. ¡¡¡Y quítate el casco coooño!!!” Se refería al caso de música que llevaba. De vez en cuando me ponía uno, solo uno 😉 Ardí por dentro pensando en destruirle. Se fueron y me puse el casco de la música y con esta bonita canción de Operation Ivy que os comparto: Operation Ivy - Officer Atentos a la letra, es poesía xdd
Pero no todo son lágrimas en este trabajo, reitero que trabajamos con la bici, y para muchos de nosotros es un buen hobby. La gente es más agradecida con las bicicletas. Les llevas la comida con tu esfuerzo y se nota: solían dejar bastante propina para los pocos pedidos que hace un tío con sus piernas. En los restaurantes en Agosto siempre te daban agua, y muchas veces dejaban que te comieses las sobras que había en alguna mesa XD Me encanta la comida mejicana XD
Hablabas con bastantes riders, con los de Glovoo también, te contaban sus batallitas (una vez uno me contó que esa misma mañana había ido a una oficina para que una chica le diese las llaves de su casa y fuese a abrir a su amiga, a la cual había dejado dentro encerrada, la chica le abrió como si fuese Jesucristo, claro).
En Deliveroo las bicis cobran 4€ el pedido, algo menos que las bicis eléctricas y las motos. Luego, recuerda que eres autónomo, tienes que hacer la declaración trimestral, donde tienes que declarar el IVA y el IRPF. Esto, más la cuota de autónomos, es decir, 50€ al mes tarifa reducida para menores de 30 años, pues hacía que el pedido se te quedase en algo menos de 3 euros. Fantástico. Además, has de arreglártelas para hacer tú la declaración, ya que Deliveroo se olvida de esos temas, la respuesta era: ¿Pero si tú eres autónomo, tu sabrás? O sea, era tremendamente evidente su estrategia, y tampoco se escondían. Jugaban con el “Esto es así” con “puedes trabajar de lo que quieras aparte de esto…” y eso, solo te echaban en falta cuando hacías algo mal. Muchos riders al haber pagado la mochila, tapaban la publi de Deliveroo diciendo que ellos son autónomos, que si quieren publicidad que paguen, a mi me parecía de lujo, pero siempre pasé de hacerlo.
Luego, te decían que si querías meter a un amigo y que repartiese contigo: unas horas él otras tú, podías hacerlo. Se metió un amigo. En esas fechas había bonificaciones por número de pedidos al mes. Pero había que seguir los horarios como decían ellos. Nosotros nos lo saltamos e hicimos lo que nos salió del moño. La app funciona igual. No nos pagaron esos pedidos. En total más de 200€. Les inflé a correos, mi colega proponía ir a la oficina y requisar algún que otro Mac ajajajja pero acabamos por desistir. Decidimos pasar a la acción de otra forma, les haríamos un buen escrache, coger pedidos y llevárnoslos a casa, a comérnoslos cooooño. Si lo pensáis, en ese caso solo pierde Deliveroo, al cliente se le envía otro. Los putos Robin Hood de Madrid. Pues nos cerraron la app antes de poder delinquir, fue una pena. Sí. Pero sigo siendo el más gangster, lo juro.
Por último, contar que cuando me contrató una consultora (como no), ya habiendo dejado Deliveroo hace meses. Estos no pudieron porque seguía dado de alta en la SS por Deliveroo. Mira, hasta que me dieron de baja... Dí unas buenas voces en la oficina, me cabree bien. Tenían un buen esbirro, este era el que aguantaba todas las charlas de los corredores y de quien se plantase allí, que solía ser mucha gente, un medio jefecillo, un tío que no le importaba que le escupiesen todos los días por unos euros de más. Que cara de hijo puta tenía ese cabrón. Monté una buena jajajaj estuvo gracioso. Pero estuve de aquí para allá entre la oficina de inspección del trabajo, la SS y Deliveroo… De hecho, estuve en el despacho del director del centro e la SS de Chamartin, con el señor mayor que me atendía, yo pidiéndole por favor que firmase un papel que dijese que se iban a cagar en los pantalones, josdeputas. A lo que el director me respondía con mucha amabilidad y paciencia que no podía hacer eso. Él y el señor que me atendieron fueron muy majetes, de hecho, el que me atendía me llego a decir, que no sabía cómo nosotros los jóvenes no nos levantábamos y salíamos ya a la calle a dar voces. Total, compañero, total. A dar hostias.
Los de las motos te contarán otra historia, supongo. Hacen más pedidos y ganan más. Estuve hablando hace poco con un marroquí que estaba en Glovoo y decía que había dejado su curro de oficina pa salir a repartir con la moto, que se aburría xd y que ganaba sus 2500€. Ahora creo que han ampliado la zona de reparto para las bicis (antes solo era el centro: Norte hasta Bernabeu aprox, Sur hasta Vallecas aprox) y parece bastante matada.
También he visto que hay más chicas riders, y me parece la hostia. Así que no pare, que la bicicleta es la polla, solo hay que perder el miedo a los coches. PD1: creo que voy a hacer otro artículo PRO-bicis en ciudad, calentito va a estar ese tema xd
Bueno, lo dicho, pronto declaro en los judgados de Princesa, que casualidad… Aunque ahora que lo pienso, ahí al lado está la inspección del trabajo, donde tuve que poner una denuncia, para que me diesen de baja en la SS, pero no dice nada de eso la carta… Y la denuncia la puse hace casi año y medio xd Lo único que dice es que lleve todas las pruebas que crea necesarias. En fín, no tengo ni idea de lo que me voy a encontrar, pero interesante estará.
Si alguien con alguna noción sobre el tema lee esto, estaré encantado de recibir toda ayuda o información que se me ofrezca. Por supuesto, si alguien quiere saber algo más, responderé y contaré lo que se me pregunte con suma devoción.
Y nada, ya os cuento después del Juicio😉
Una cosa en principio tan sencilla como ser no-sexista, se ha convertido en algo muy complicado, políticamente incorrecto.
A mí me enseñaron a no mirar si la persona que tengo delante tiene ovarios o testículos. A actuar de la misma manera independientemente de esto último. Ahora si actúas así, eres antifeminista y por ende, misógino.
Los que pensamos que todas las personas, independientemente de su sexo, edad, religión o lugar de procedencia, deben tener los mismos derechos y oportunidades y ser tratados igual tanto si se es un hombre blanco heterosexual o una mujer de color transexual, somos malas personas que odiamos a las mujeres, a las personas de color y a los transexuales. Es decir, si no estás a favor de la discriminación positiva, entonces indefectiblemente eres partidario de la discriminación negativa. No hay grises, no hay alternativas.
Nuestra sociedad ha pasado de golpe del ideal de una justicia ciega e imparcial al de una justicia que mira el carnet.
Cuando, hasta hace unos años, se suponía que el feminismo era justo eso: Antisexismo, que los genitales que se tengan no influyan en absoluto en nada. La igualdad de derechos y oportunidades. Me sorprende (en realidad, ya no) ver en las manifestaciones feministas a gente que considera que a las mujeres hay que facilitarles especialmente las cosas, como si ser mujer fuera una discapacidad, o una señal de debilidad. Gente que piensa que las mujeres no tienen capacidad para mentir, cuando la realidad es que tienen la misma que los hombres.
Y es por eso que mucha gente (no solo hombres) reaccionamos de manera tan visceral. Porque estamos en un cambio de paradigma. Cambio que muchos consideramos erróneo.. Gente que no necesariamente tiene que ser misógina. Gente que observa cómo nos estamos convirtiendo no en una sociedad de hombres y mujeres, sino en una sociedad de gilipollas, como diría Mark Renton en Trainspotting. Una sociedad en la que solo se acepta un mensaje, sn matices, y estar en contra de éste significa estar en contra de la sociedad.
Describir el mundo como es no es lo mismo que exponer cómo nos gustaría que fuera.
El Secretario General y Portavoz Adjunto de VOX en el Parlamento de Cataluña, Antonio Gallego se ha levantado esta mañana con ganas de compartir una, tan triste como inventada historia en Twitter.
Dice este representante público que hay niños en Euskadi que no conocen el castellano, que son incapaces de relacionarse con otros niños, educados "como dios manda" en el correcto uso del español. Más allá del evidente problema de que un político mienta intencionadamente sobre algo tan evidentemente falso, tenemos un gran problema en este país cuando alguien se cree semejante y malintencionada mentira, quiere creérsela o actúa como si fuese cierta. Las respuestas al tuit son buena muestra de ello.
"Es muy triste que el separatismo españolismo tóxico empobrezca así a tantos Julen españoles."
Antes de ser Livingstone85, tuve diversas cuentas en menéame. Hablo del periodo comprendido entre 2009 y 2011. No fue hasta enero de 2012 cuando me di de alta como abogado y empecé a trabajar en serio, así que antes de esa fecha solía emplear parte de mi abundante tiempo libre en pelearme con ciertos usuarios, ser baneado y crearme nuevas cuentas. Era joven y alocado, y durante este último lustro he madurado bastante, del mismo modo que menéame ha envejecido a pasos agigantados. Y lo digo por lo siguiente:
-Allá por 2010-2011, era mucho más difícil que ahora subir a portada una noticia (solían hacer falta unos 500 de karma). A día de hoy, muchos días se logra con menos de 300. Ello evidencia una actividad mucho menor en la web.
-Era raro que, por poco interesante que resultase, una noticia de portada no alcanzase las 8000-10000 visitas. Ahora sólo las muy populares rebasan esas cifras (curiosamente, suelen ser artículos de usuarios), y la mayoría suelen quedarse en las 2000 visitas.
-Seguramente por el mayor flujo de usuarios, antes los negativos no tenían tanto poder, debido a que el elevado número de votos positivos los relativizaban. Sin embargo, a día de hoy existen dos sectas ultras en menéame que tumban infinidad de noticias verídicas y valiosas. Si la noticia saca las vergüenzas de Assad, Putin o Maduro, la secta "antiimperialista" la tumbará. Y si habla de discriminación femenina, presos políticos catalanes o miserias de Ciudadanos, la secta "patriótica" evitará que la noticia siga en portada. El menor número de usuarios sanos, ha provocado que el poder de los fanáticos crezca mucho.
No sé exactamente cuál es el motivo del declive de menéame, pero está claro que es algo más que el simple paso del tiempo y la llegada de nuevas modas. Lo que resulta incontestable es que la página está cayendo, y que si no se toman medidas al respecto se hundirá cada vez más. Entre las que se me ocurren, está la de restar valor a los negativos para evitar que cuatro ultras tumben una noticia interesante, tratar con el máximo respeto a los usuarios por parte de la administración e intentar incluir nuevas funcionalidades que atraigan a la gente. Pero seguro que a vosotros se os ocurren muchas ideas aún mejores.
En relación con este comentario:
old.meneame.net/story/netflix-sufre-uno-mayores-fiascos-historia-serie
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Una anécdota, entre las cuatro millones ochocientas veinte mil que tengo y que no todas se pueden contar, sobre una reunión en un despacho de un productor del mercado patrio. Tras enviarle un tagline (frase que resume toda la historia, sí, ya sé que es una barbaridad pero como se copian todo de los usanos, pues eso también) y un resumen en diez líneas de la historia. La siguiente pregunta o petición es si tienes tratamiento completo y guión del primer episodio, más sinopsis breve. Por supuesto que lo tengo, me la piden y se lo envío a la productora.
Paréntesis de tiempo a la espera de respuestas que me permite contaros, cambiando cosas, de qué va la historia muy resumidamente y sin destruir la idea, que creo que sigue siendo válida. Seis episodios de un thriller rural donde el espectador ve, sabe lo que hacen los delincuentes y es la policía quien no tiene toda la información pero deben resolver el lío mortal en el que han metido a varias personas que además no tienen la culpa de nada. Todo arranca por un primer error cometido por los malhechores y a partir de ahí todo se les complica y además complica a los demás inocentes. Unos quieren salir del lío en el que se han metido ellos solos, otros quieren conservar la vida ya que no tienen arte ni parte en nada de eso y la policía entender y detener a los causantes de todo esto. La historia está documentada en dos localidades concretas pero se les ha cambiado el nombre para evitar suspicacias. Cada capítulo lleva un título de presentación y termina (excepto el episodio tres) en un buen “final en suspenso”, cliffhanger para los aficionados a los palabros usanos. Personajes en número controlado para no disparar el presupuesto y pocas escenas de acción caras, las justas. Idem presupuesto.
Un mes después les envío un correo para saber cómo iba la cosa. Me dicen que el lector de guiones de la casa ha valorado la serie. (Muchas productoras tienen la figura del lector de guiones que filtra las docenas de proyectos que les llegan cada semana. Es una figura oscura por varias razones, una es que es un supuesto guionista que no ha colocado nunca nada o si ha colocado algo es de calidad regulera, suele ser ahijado, primo, sobrino del dueño de la productora y otra razón de oscuridad es que a veces si ven un proyecto bueno lo tumban por pura envidia [esto da para otra anécdota, otro día]). Pregunto si concertamos cita para hablar sobre el proyecto. Respuesta, que ya me llamarán, que ahora mismo el departamento legal (el abogado externo que les lleva los papeles) está muy ocupado ahora con el rodaje de “Piturrín de Patarrón”, (normalmente es una serie o película que no te suena de nada y que no te sonará de nada nunca, pero te callas.)
Un mes más y te convocan para cita con el productor. Te dejan claro que Productor Martínez sólo dispone de media hora y que prepare un pitch (monólogo intenso de venta del producto). Como ya me lo sé, nunca preparo nada, tomo notas de puntos clave de cosas que quieren oír y los uso de referencia de la historia en cuestión. Da igual lo que te prepares siempre hay fallos desde su punto de vista o mala exposición o... lo que les salga de las gónadas ese día.
Ya en la productora, te han dado una hora concreta y normalmente te hacen esperar entre media hora y tres cuartos de hora. Aunque ya lo sé, no puedes llegar tarde porque quieres colocar la serie.
En la reunión. “Nos gusta mucho tu idea”. Nunca se sabe quiénes son esos a los que les gusta la serie, pero bueno. Y sobre todo, mal empezamos porque siempre eso indica que lo viene después es el terror.
“Tal y como entendemos la historia recuerda mucho a varios trabajos de David Lynch” (en mi vida se me ha ocurrido vender algo que sólo puede escribir o dirigir Tito Lynch, en mi vida.) “Bueno, es una historia lineal con todos los puntos de giro adecuados, personajes claros... ¿qué es lo que le recuerda a Lynch?” Digo yo intentando entender.
“La nieve”. Me quedo un instante en estado de conmoción, la historia sucede en invierno y hay nieve por aquello del juego dramático y visual, pisadas, ventiscas, sangre sobre nieve, etc. Intento recordar alguna película de Lynch con nieve. No recuerdo ninguna. Sólo se me viene a la cabeza el montón de arena de Dune, pero no creo que sirva, así que le dejo que siga.
“Me preocupa la nieve, si no nieva no podemos rodar esto.” De nuevo conmoción pero respondo rápido. “No hay problema, la nieve es sólo un factor visual más, se puede cambiar por frío en invierno sin nieve ni lluvias.”
“A los actores que tenemos en cartera no les gusta rodar con frío, meterse en aguas heladas y cosas así...” Conmoción por mi parte. “Bueno, la escena de recuperar el cadáver del lago se puede narrar sin necesidad de...”
“Ese es el problema, hay demasiados cadáveres.” Conmoción de nuevo, ahí ya no sé qué decir. Silencio. Hasta que atino a preguntar... “¿Y qué cambios sugiere para que sea factible la historia?” (Uso factible con maldad.)
“Tres cosas. La primera. Verano. Campos de trigo al sol, chicos y chicas con ropas de verano, piscinas. Alegría de la vida en verano. La segunda. No puede ser que por casualidad se monte este lío, uno de los delincuentes se está separando de su mujer y por eso la mata. Tercera. Los protagonistas deben ser chavales que quieren hacer de detectives en sus vacaciones de verano. ¿Has visto “Stand by me”, pues eso pero con un punto Lynch.”
Como estoy acostumbrado a que si el productor quiere que las paredes sean verdes en lugar de azules, hago como que tomo notas sobre los cambios pero como sé que todo esto es otra historia y que esto no llegará a buen puerto, finjo interés. Como siempre, para tocar las narices y que no se note, hago algunas preguntas tipo... “¿Y qué hacemos con la policía investigando el caso?” “Eso fuera, los chavales son los protagonistas”. “Los criminales son peligrosos, mortalmente peligrosos y...” “Son unos pobres descarriados de la vida, inmigrantes ilegales y cosas así...” Ya es cuando sé que todo se irá al cuerno y digo eso de “déjeme unos días y le envío los cambios”. Nos damos la mano y salgo del despacho. Vuelta a la casilla de salida. Nunca me vuelven a llamar y nunca les envío nada porque sé que cuando se hagan esos cambios (imposibles por otra parte) se pedirá que los protagonistas sean labriegos zombies (exagero) y los criminales un grupo de circo (exagero, pero no tanto)...
En fin... si me apetece os contaré más historias relacionadas con este apasionante mundo.
Dedicado a aquellos que creen que los guionistas elegimos lo que se produce y se ve luego en su canal o su PPV favorito.
Era mucho más fácil echarles la culpa a Ellos. Era bastante depresivo pensar que Ellos eran Nosotros. Si eran Ellos, entonces nada era culpa de nadie. Si éramos Nosotros, ¿en qué me convertía eso a Mí? Al fin y al cabo, yo soy uno de Nosotros. Tengo que serlo. Desde luego, nunca me he considerado uno de Ellos. Siempre somos uno de Nosotros. Son Ellos los que hacen las cosas malas.
Hace ya unos años, la empresa en la que colaboraba como abogado nos llamó a unos cuantos externos y cargos intermedios para un curso de liderazgo. Me sorprendió, porque yo ni siquiera era un empleado (era una cárnica de software para administraciones públicas) y mi función era de chico para todo lo relacionado con lo legal, así que era un radical libre que se metía donde hiciese falta y que realmente no tenía que liderar ni a mis perros.
Tengo alergia al coaching y a la cháchara emprendedora. En determinado punto, la ponente nos dijo que la gente de la empresa difícil de tratar, los hijos de puta, lo eran porque “tenían baja autoestima” y eso les hacía estar siempre a la defensiva. Cuando poco después dijo que la gente sumisa también tenía baja autoestima, levanté la mano y dije que no podía ser que la alta autoestima fuese la solución para cualquier persona. Que tal vez si eres un hijo de puta, la solución sea bajarte un poco la autoestima y no subirte, aún más, la consideración que tienes de tú mismo. A la oradora no le hizo gracia, pero mis compañeros se rieron con complicidad: todos pensábamos en los mismos jefes.
La desaparición progresiva del cristianismo en la sociedad ha traído cosas buenas. Casi todas, en mi opinión de ateo antiteísta. Sin embargo, asociados a esta particular religión se han ido descartando una serie de conceptos que chocan con nuestra sensibilidad posmoderna: el concepto del bien y del mal. Nos resultan viejunos y chocantes, porque, en nuestro afán por huir de la simplicidad del Bien y del Mal, nos hemos cobijado en otra ficción igualmente simplista: la ausencia de lo bueno y lo malo.
No quiero meterme aquí en el relativismo moral ni embarcarme en una discusión sobre el origen y el significado mismo de estos conceptos. Quiero hablar sobre la alergia del hombre moderno a siquiera valorarlo.
Pongámonos en una noticia de sucesos, en esta misma página. Un suceso jodido, de estos que crispan el alma. Pederastia, asesinatos a personas indefensas, fraudes a familias vulnerables. Indefectiblemente aparecerá la frase que se adorna de esta guisa o similar: “Esos son unos psicópatas”. O mi preferida, “No son personas, son psicópatas/locos/enfermos”.
La frase de Terry Pratchett con la que empieza el artículo no es casual. Nos acojona pensar que una persona normal, una persona “de verdad”, pueda quemar a sus hijos, violar a su bebé, dejar morir a sus padres. Nos asusta tanto pensar que hay tan poca diferencia entre esas personas y nosotros, a nivel genético y cultural, que tenemos que buscarle una explicación. Y el bien y el mal no sirven, porque el mal es algo cercano. Todos nosotros hemos hecho cosas malas. Así que o bien tiene alguna patología o bien ha sufrido algún trauma que lo ha dejado marcado.
Tiene también que ver con la debilidad propia de nuestro tiempo. En el fondo subyace un optimismo hacia la humanidad considerable. Cuando alguien hace algo extraordinariamente malvado, tiene alguna enfermad o trastorno mental, pero cuando alguien hace extraordinariamente bueno, “me devuelve la fe en la humanidad”. Nos reconforta y nos inspira, porque el anormalmente bondadoso es Nuestro, mientras que el anormalmente malvado es Suyo. Curiosamente, nadie afirma en una noticia reconfortante, en la que alguien dona toda su fortuna, o sus órganos, o muere para salvar a un inocente, “Seguro que tenía una enfermedad/trastorno mental”. ¿A que no?
Los informes periciales a José Bretón, el infame que asesinó y quemó a sus dos hijos para hacer sufrir a su exmujer, dictaminan que José Bretón no es un psicópata ni tiene trastorno ni enfermedad alguna, más allá de un obsesivo cuidado con la higiene y los gérmenes. Algún rasgo psicopatológico, pero como gran parte de la población. No es retrasado mental, no es superdotado. No siempre es frío, no siempre es un volcán de agresividad. Es una persona compleja. Como, añado, casi todos.
José Bretón es una persona sin patologías mentales.
José Bretón es, simplemente, malvado.
Y eso nos jode. Se nos va la vida en ello. No lo aceptamos. Bretón es un puto loco, un psicópata, un demente, un desquiciado, un bipolar, un maníaco depresivo, un esquizoide. Cualquier cosa antes de que pensemos que, en este mundo, hay gente mala y gente buena que no tiene ningún problema mental o un trauma o una adicción, o algo que nos permita explicarnos por qué esa persona no es una Persona©.
Y para complicar las cosas, en este mundo nadie es completamente ninguna de esas dos y todos nos movemos en una curiosa espiral moral. Ya lo dije antes, pero creo firmemente que cualquier persona puede convertirse en delincuente. Pongamos que cualquiera de nosotros se encuentra en la calle una cartera con seis mil euros: doce billetes de quinientos embutidos, nuevecitos. Si he de ser honesto conmigo mismo, no sé si la devolvería. Quiero pensar que sí. No obstante, sé que es posible que no.
Eso no implica que tenga algún trastorno egoísta, o baja autoestima, o alguna forma de cleptomanía. Tampoco implica que necesite ese dinero para sobrevivir, que sufrí un trauma de niño con una cartera de ese mismo color. Tampoco que por eso sea un ser netamente malvado que disfruta sustrayendo cosas. Sería, simplemente, un ser humano más que, en ese momento particular y con respecto a ese hecho concreto, se inclinó hacia el lado del mal y del egoísmo. Sería, simplemente, una persona que hizo algo mal. Y si suelo hacer cosas malas, sería otra cosa más. Y si suelo hacer cosas buenas, una cosa mala en un saldo neto positivo.
Demasiado complicado para nuestras cabecitas de 7 pulgadas en diagonal. Necesitamos respuestas rápidas y fáciles.
Todos tenemos una justificación para todo. Seguro que cualquier meneante ha tenido una expareja que, ante cualquier reproche por un mal comportamiento suyo, aduce que él o ella pasó por algo similar y que le creó un mecanismo psicológico de repetición, o un compañero de trabajo que aduce malas experiencias pasadas para ser un borde, o un amigo que se escuda en cierto rasgo suyo. “Yo es que soy así”. Ya, imbécil: ese es el problema. Que eres así.
A nuestra infantil sociedad no le gusta pensar que hay personas generalmente buenas y generalmente malas, y que dentro de esas pueden hacer cosas buenas y cosas malas. Hitler cuidaba de sus perros y los quería. Gandhi dormía en sospechosa cercanía con sus sobrinas. El cabrón que te rayó tu coche cuida de su madre enferma a expensas de su salud. El fundador de una ONG de ayuda humanitaria que ha salvado miles de vidas era un matón que hacía la vida imposible a un chaval de su colegio.
Y hay gente que cree tenerlo claro. Me encantan los comentarios en alguna noticia de violencia de género: hay alguien que dice que reducirlo a violencia machista es simplista, porque se obvian casuísticas distintas (estoy completamente de acuerdo con ello, hay una pluralidad en la génesis criminal), pero luego dicen: alcoholismo, depresión, trastornos mentales, agresividad patológica. Y me hace gracia, porque se cae en el mismo simplismo que se pretende evitar: decir que es machista es simplificar, así que simplifico diciendo que es un loco o un adicto.
Porque no puede ser, simplemente, una persona normal que es un hijo de puta. Porque los hijos de la gran puta, los cabrones, los malvados, son personas normales y corrientes. Porque cualquiera de nosotros, alguna vez en su vida, ha sido un hijo de puta.
Así que no pueden ser, simplemente, hijos de puta. Tienen que ser algo distinto. Porque Nosotros lo hemos sido, y quienes hacen esas cosas son Ellos.
[Articulo serio] Una de las cosas que suele quedar implícita cuando se habla de machismo, violencia de género o patriarcado, ya sea en los medios de comunicación o en conversaciones privadas en el ámbito social, es que, como aquel viejo anuncio de Soberano, "es cosa de hombres". No voy a entrar en el debate de si este machismo percibido es real, de si la violencia de género es realmente violencia de género o de la existencia del patriarcado como estructura social, si no en las causas o consencuencias de estas percepciones. Y es que creo que no se pone el foco donde debería ni se da la importancia que tiene al machismo, sexismo y acepción de los roles culturales de las mujeres. Obviamente, se trata de una generalización, por lo que no se trata de una verdad absoluta, pero sí debería servir para apreciar esos comportamientos y esas conductas deshumanizadas y irracionales que se dan entre las mujeres.
Alguno podría decir que, siendo yo hombre, no estoy capacitado para hacer una observación objetiva e imparcial. Quizá, el hecho de que sea hombre, es el que me da una visión más abierta y más crítica, sobre todo a nivel comparativo de relaciones culturales entre hombres y relaciones culturales entre mujeres.
Y es que, por lo que observo, las mujeres son mucho más crueles y más tendentes a la crítica negativa de otras mujeres que los propios hombres. Es decir, que la presión social ejercida sobre ellas procede más a menudo de otras mujeres que de hombres.
En el plano físico es salvaje. Nunca he participado ni oído una conversación entre hombres en la que se critique el aspecto físico de otro hombre al detalle. Puede que algún comentario, por las vestimentas, o por considerar que es "feo". Punto. Cuando los hombres hablamos de mujeres, los comentarios suelen dirigirse a realzar sus características positivas: "qué buena está fulanita", "pues menganita tiene unas tetas...", "esa muchacha tiene unos ojazos". Es extrañísimo una conversación de hombres sobre mujeres que trate sobre quién está más gorda, quién envejece peor, quién se maquilla o no.
Entre las mujeres, sin embargo, estas conversaciones son despiadadas y minuciosas. Es raro el detalle físico que se escape. Desde el aspecto físico después de una operación o un embarazo hasta el fondo de armario, pasando por el vello, los zapatos, el peinado, el maquillaje, la sonrisa, las arrugas y los andares. En definitiva, el esfuerzo personal por resultar atractiva físicamente a los hombres. O mejor dicho, la ausencia de esfuerzo personal. Justo al revés que en los hombres, donde las críticas suelen provenir del exceso de esfuerzo personal: ropa moderna, gimnasio, cuidado físico, ponerse pelo...
Ésto destaca más cuando la apariencia física de las mujeres es un cliché social. Nos meten la idea en la cabeza, mediante los medios de comunicación, del prototipo de persona atractiva, generalmente para vendernos cosas que nos ayuden a conseguir tal belleza. Y la propia publicidad te da una pista de por dónde van los tiros: en los productos para hombres, se hace incapié en la comodidad y en la sencillez: "cinco cuchillas, afeitado apurado con una sola pasada", "con esta máquina te afeitas en la ducha", "un pase, aclarado y adios caspa", "dos fumigadas de desodorante y a ser un imán de chochitos", "pelotazo de aftershave y adios irritación". Sin embargo, en este tipo de publicidad para las mujeres, es raro el anuncio que no tiene un tinte erótico.
En el plano cultural, la crítica es todavía más despiadada si se puede. A casi ningún hombre le importa que otro hombre o una mujer, llegados a cierta edad, aún no haya tenido críos. Sin embargo, en las mujeres ésto es un motivo de conversación. Cierto es que el reloj biológico es diferente en hombres y mujeres, pero lo que se suele criticar no es la elección, sino el propio hecho. Es decir, no se trata de hablar si tal mujer ha decidido o no ser madre, sino de por qué aún no es madre "antes de que se le pase el arroz". Surge un imperativo social de que la mujer tiene que ser madre, no la duda de si quiere ser madre o no. La presión social añadida a este hecho es brutal, y suele provenir de otras mujeres.
La libertad sexual es otra de ellas. Es cierto que los hombres suelen juzgar a las mujeres por su actividad sexual, su posible promiscuidad, pero no lo suelen hacer con otros hombres. Las mujeres critican por su actividad sexual a los hombres y a las mujeres. Parece que pocas se escapan de ser considerada una puta, salvo en círculos sociales más liberales. Además, en entornos rurales, donde aún se mantienen los ritos religiosos como parte importante de las relaciones socio-culturales (amén de la mayor facilidad de ser objeto de críticas) ésto es una losa.
Y por último, queda el plano laboral. Por experiencia, me atrevo a decir que las mujeres son tremendamente más agresivas a la hora de juzgar a sus compañeras femeninas que a las masculinas, sobre todo en puestos que son culturalmente asignados a hombres. De hecho, me atrevo a decir que años de programas e iniciativas para integrar a las mujeres en entornos laborales comunmente de hombres ha hecho efecto en los hombres, pero no en las mujeres. Voy a contar un caso que, siendo personal, podría ser extrapolable y que ayude a entender lo que quiero decir.
Sabéis (casi todos los que me han leído previamente) que trabajo en prisiones. En las instituciones penitenciarias, hay un puesto laboral que es el de auxiliar funcionario de prisiones que, para que me entendáis, son como los "policías" que hay en cada departamento, encargados del orden, el cumplimiento de horarios, informes y observaciones varias, y el registro de actividad y movimiento de los presos.
Los auxiliares funcionarios también pueden actuar como "seguratas". Es decir, en caso de conflicto, pelea, tensiones, etc., pueden usar técnicas coercitivas (que no necesariamente implican violencia) para tranquilizar o reducir a los reos. En todo caso, los funcionarios del módulo "pulsan el botón del pánico" (una simple llamada de Walkie-Talkie) para recibir apoyo.
Estos funcionarios están entrenados en técnicas de minimización de ataques y defensa personal, pero están obligados a llamar a refuerzos en caso de conflicto.
Existe una variable en la asignación de turnos de guardia de los distintos departamentos: no puede haber sólo mujeres encargadas, por lo que en caso de que, tras cuadrar turnos en los que resulta que la guardia se ha de hacer sólo por mujeres, debe haber un funcionario varón presente. Ésto no se hace porque se crea que las mujeres son incapaces o más débiles, sino para evitar problemas de índole sexual (acusaciones, agresiones, abusos, prejuicios percibidos por los presos, etc.). En otras palabras, y dado el complicado entorno penitenciario, que los presos, en caso de conflicto, aleguen falta de profesionalidad de las funcionarias por el hecho de ser mujeres.
Pues bien, el mayor problema en todo esto se da entre las propias mujeres funcionarias de prisiones. No quieren trabajar juntas. Prefieren tener a un hombre que haga guardia con ellas, lo que es absurdo por varios motivos:
Sin embargo, las auxiliares funcionarias no suelen confiar en sus compañeras. A pesar de que el entrenamiento profesional es el mismo y que las condiciones genéticas son irrelevantes (si un preso decide atacarte por la espalda da igual tener a un "armario ropero" de compañero), denigran a sus compañeras. Porque además, hay otras dos absurdeces:
Sin embargo, a pesar de todas estas evidencias, se sigue manteniendo el aura de que las mujeres están menos capacitadas para realizar ese trabajo. Y, mire usted, que piense así un hombre que lleva 30 años de guardia en guardia rodeado de "machotes" podría tener un pase. Pero que lo haga una chica joven que a duras penas llega a los 30 años es un problema. Porque, además, no se trata de deformación profesional. Más de la mitad de los nuevos auxiliares de funcionario de prisiones, tirando por lo bajo, son mujeres. Estas chicas jóvenes vienen con la noción cultural aprendida de que laboralmente son más ineficientes que los hombres.
Y aquí está quizá la parte más importante de este artículo. Todo ésto que he comentado no se trata de algo del pasado, reservado a generaciones anteriores. Todo esto se repite, incluso con más fuerza, en las generaciones presentes y venideras. Escucho conversaciones entre las adolescentes que pasan el rato del recreo en los bancos aledaños al instituto que hay cerca de donde vivo aún más misóginas y sexistas que entre las mujeres maduras que se sientan a conversar en la terraza de un bar. "Le está tirando a dos, es una puta", "si viste como mi abuela", "le dijo que no a fulanito, el único que le hacía caso", "tiene que tener el coño como una selva", "se le salen las lorzas con ese pantalón", "corre así porque es un machungo", "no le hagas caso, está con la regla", "no viene porque está empollando", "cualquier día la echan por el escote", "a ver si menganito se la folla y se le pasa la t0ntería", "tía, si no tienes tetas casi", "tengo que estar a las 10 porque mi madre tiene miedo de que me hagan algo".
Sin duda, hay que darle una vuelta al concepto de "sororidad", tan cacareado por los feministas. Quizá, en vez de tomarlo como un término básico con carga en el género de la persona, se debería basar en el respeto, la humanidad, y el análisis y ruptura de los roles sociales con justificación lógica, que no falta. Como conjunto social, de nada vale que los hombres cambiemos si las mujeres no admiten su responsabilidad y dejan de lapidarse entre ellas mismas por cosas que a los hombres ni nos importan ni nos preocupan, o por cosas que mayoritariamente apoyamos como el aborto libre. Pasaos por las galerías de vídeos y fotos de manifestaciones anti-aborto y decidme cuál es el sexo mayoritario de los que veis manifestándose.
En el feminismo, igualitarismo, o como queráis llamarlo, o remamos todos juntos y nos consideramos todos iguales, o nos morimos de asco y rabia.
Recomiendo echar un ojo al Cis y al Gad3 y a la fama que últimamente se le daba a 1 y a otra en los medios y RRSS 🙃
Soy publicista y en la primavera de 2016 tuve la suerte de conocer a Rafa Nadal, en el transcurso de un rodaje para una campaña. De pequeño jugué al tenis y soy un gran aficionado de este deporte. He visto muchísimos partidos de Nadal y lo admiro profundamente, pero después de aquel set de rodaje lo admiro aún más. Es una persona empática, educada, amable y sobre todo, profundamente modesta. Nos lo puso muy fácil y creedme, he tenido que trabajar con algunas estrellitas patrias de la música y el deporte y algunas de ellas son insufribles y han convertido mi trabajo en un auténtico infierno.
Hoy Rafa ha ganado su decimotercer Roland Garros, creo que no es necesario añadir nada más. Rafa está en el imaginario de todos los españoles como un modelo a seguir, como un ídolo absoluto de masas, como el hijo que toda madre querría tener.
Dicho todo esto, tengo que reconocer que me estomaga profundamente la conversión de la admiración deportiva en ejemplo social de lo que toda persona debe ser. Toni Nadal dijo sentirse muy incómodo con este artículo que David Jimenez escribió para El Mundo en 2016, llamado "Nadalizar España" : www.elmundo.es/opinion/2016/05/08/572e291a468aeb57128b459c.html
El mismo Nadal en la biografía que le hizo George Carlin ("Rafa, mi camino") dice lo siguiente:
"No soy ejemplo de nada. Si la sociedad me pone como ejemplo a alcanzar, comete un inmenso error. Mi trabajo es entretener. Solo eso. Yo solo soy una persona que tuvo la inmensa suerte de saber aprovechar una circunstancia genética. Espero que mis hijos, cuando los tenga, admiren a personas que crean, que piensan, que cambian las cosas. Yo no pienso mucho, no he cambiado nada. Solo soy un tenista". Rafa, mi historia (John Carlin)
Dejando de lado que Nadal está en las antípodas de mi ideología política, me llama la atención esa visión, fruto de una educación en valores. Y aunque puede oler a falsa modestia, yo creo que el tenista balear habla de una forma sincera y es, junto con los hermanos Gasol (Pau, por ejemplo, fue la única figura que se dio su apoyo al 15M en el dramático contexto de la crisis de 2008: www.20minutos.es/deportes/noticia/pau-gasol-15-m-esperanza-1088040/0/), un rara avis dentro de la constelación de estrellas del deporte español que siempre ha adolecido de una falta de empatía absoluta por los avatares de esos ciudadanos que componen esa españolidad a la que los periodistas deportivos luego aluden, para presentarlos como ejemplos a seguir.
Por eso, me gustaría destacar dos frases que creo que no deben ser olvidadas en estas horas de laureles y gloriosas portadas y que describen las fórmulas en las que el sistema crea modelos de imitación , paradigmas de comportamiento, tal y como las refiere Nadal en su entrevista con John Carlin.
Una es del humorista estadounidense George Carlin (no confundir con John), que decía esto frente a la sacralización de Michael Jordan en los 90:
"Desconfía del futuro de un país que asigna a un deportista el paradigma del comportamiento ejemplar. El logro más importante del talento es la ruptura, la creación, la revolución, no el éxito".
La otra es de Marcelo Bielsa, cuando le preguntaban por Argentina y esa tóxica admiración que los argentinos sienten por Maradona, allá por 1994:
"El capitalismo ha sacralizado el éxito como objetivo esencial, desterrando el valor de la creatividad a la mínima expresión. En los años 20 y 30, los ídolos de los jóvenes eran pintores, poetas, escritores...artistas que trazaban los pilares de un nuevo horizonte, basado en el riesgo, en el cambio, en la transformación. Ahora la admiración se basa en el deseo de estar en el lugar del que admiras, no en la capacidad de evocar e impulsar la idea de un mundo diferente, más amplio, mejor. El éxito debería motivarte a crear una nueva realidad, no a imitarla".
Creo que poco hay más que añadir.
Publica Actualidad Económica, el suplemento de economía de El Mundo, un gráfico sobre el precio de la electricidad cada mes de 2023 que es erróneo. Se puede comprobar claramente en OMIE que los datos que se han puesto para 2023 son en realidad de 2021:
Los datos correspondientes a 2023 son los siguientes:
El artículo 525 del Código Penal establece que "Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican".
El escarnio es una burla despectiva. No requiere insulto, solamente el uso de la ironía y el sarcasmo para mostrar el desprecio por algo o alguien.
En una democracia, usar el sarcasmo más ácido para criticar una ideología, a un partido o a una religión debería ser normal. Y, de hecho, con las ideologías o los partidos se practica constantemente el escarnio. Sólo hay que ver innumerables artículos de opinión o viñetas satíricas sobre el comunismo, el neoliberalismo, Podemos o el PP. Se reflejan sus vergüenzas, sus puntos débiles y sus contradicciones sin misericordia y con el máximo deseo de ridiculizarles y dejar su imagen por los suelos.
Las creencias religiosas no son más dignas de protección que la fe en el marxismo o la socialdemocracia. Religión e ideologías representan los principios más profundos de la gente, y deben recibir idéntica protección. La Iglesia no debe estar más amparada frente a las críticas que Podemos. En una democracia todo debe cuestionarse con la máxima contundencia y con plena libertad, a fin de que los ciudadanos puedan contar con todas las opiniones a la hora de formarse su criterio.
Por eso es anacrónico que este delito siga existiendo. Y genera situaciones kafkianas. Como que se impute a alguien por decir "me cago en Dios" mientras en la calle millones de ciudadanos dicen esa expresión sin consecuencia alguna. Se oye en los juzgados, los bares, las obras y las aceras. Se oye desde millones de labios. Porque la mala educación no puede ser punible.
Y cuando se intenta aplicar el delito sobre un chivo expiatorio, sólo se consigue que en Twitter se generalicen los chistes tipo "si Dios está en todas partes, todos nos cagamos en el cuando vamos al water". Obviamente, no pueden imputar a los cientos de miles de twitteros que reflejaran este chiste y otros similares.
Y lo peor es que, con la tipificación actual del delito, se puede castigar no ya a quien insulte a la religión, sino a quien haga escarnio de ella, es decir, una mera burla despectiva como las que se llevan diariamente partidos políticos e ideologías.
Cuando se intenta castigar a la gente arbitrariamente, se genera una rebeldía que provoca la multiplicación de su conducta. Eso lleva a que la norma injusta sea a la vez contraproducente. Incompatible con una sociedad donde se han superado demasiadas cosas como para que aún padezcamos estas reminiscencias del franquismo.
El problema es tener que aguantar a una banda de cretinos pseudoreligiosos hablando de que por comprar un cartón de leche estás colaborando con la "violación" de las vacas.
El problema es ver cómo se califica a la Huelga del 8M de "privilegio blanco", poniendo a competir a las feministas, en vez de buscar cómo mejorar los derechos laborales de las inmigrantes sin papeles.
El problema es ver cómo las revistas de tendencias hacen el agosto con la atomización de identidades sexuales cuasi-inventadas dejando en un segundo plano problemas como el escaso conocimiento de los adolescentes frente a las ETS.
El problema es que sabemos al dedillo la última polémica sobre acoso entre actores de Hollywood mientras que la mujer que es acosada por su jefe en su empleo precario que no puede dejar no sabe ni lo que es un sindicato.
El problema es tener que aguantar a los mismos que están gentrificando las ciudades a marchas forzadas parapetarse detrás de lo LGTB mientras que la Alcaldesa del Cambio les ríe las gracias con el querides.
El problema es ver en libros feministas para niñas a Margaret Thatcher como modelo de aspiración, tener que leer barbaridades acerca del empoderamiento de la mujer mediante el burka o jugar a la sororidad con Ana Patricia Botín.
El problema, precisamente, es que en vez de tener conciencia de clase se tiene aspiración al empoderamiento, individual, a cimentar nuestro yo en la medida que disminuimos el del tipo que tenemos al lado.
El problema es ver cómo se distribuye la pegatina de Refugees Welcome desde el Starbucks hasta los coworking del centro de Madrid y que nadie hable de por qué se bombardeo Siria y Libia sin tener en cuanta las consecuencias.
El problema es ver cómo aquello llamado nueva política fue colonizado por clases medias que ante todo estaban buscando un acomodo para su frustrada carrera en el sector privado. Y ver cómo machacan a la izquierda parapetándose tras lo diverso.
El problema es ver cómo la ultraderecha habla mezquinamente de repartir comida a los pobres españoles, cómo sitúa a mujeres y homosexuales como cabezas visibles, mientras que el activismo habla de sexo tántrico y pizzas veganas. Me cago en mi vida.
El problema es ver cómo se habla con naturalidad de "gestación subrogada" o "prostitución emprendedora" y se ridiculiza a las feministas que llevan luchando por los derechos de la mujer desde los 70 por una banda de indeseables enamoradas de Despentes.
El problema es que muchos periódicos progresistas prefieren tener una sección escrita por gente que considera indispensables los correajes sadomaso veganos antes que una sección escrita por una sindicalista de Parla o Badalona.
El problema es que nos han puesto a competir entre nosotros en un mercado de la diversidad donde la moneda de cambio son identidades cada vez más frágiles, artificiales y atomizadas. Que es de lo que va el puto libro. Por mucho que sigáis mintiendo como ratas.
Y el problema es que por decir todo esto, por poner el espejo delante de este desbarajuste, poco más que se está pidiendo mi cabeza día sí y día también, comparándome con Anders Breivik o los Incel. Llamando imbéciles a los lectores, faltando el respeto a las mujeres que han querido presentarlo a mi lado, o a los periodistas -generalmente de fuera de MadridCentro- que alucinan y que tras la entrevista me preguntan en privado que cómo puede ser.
Y sí, hombre blanco heterosexual cis de todos los santos, del Real Madrid, castizo y de Fuenla. Qué coño se le va a hacer. Alguien tenía que venir a deciros que habéis secuestrado a eso que un día se llamó izquierda y la habéis transformado en una caricatura risible y desactivada
A las personas que me llevaís leyendo varios años en los artículos, a los que habéis leído el libro y sabéis que las acusaciones son falsas: levantad la cabeza. No por mí, sino por vosotros. No tenéis por qué aguantar un chantaje más de esta banda.
Si yo solo les estoy poniendo en un brete a poco que os organicéis y reclaméis vuestro sitio se les derrumba el chiringuito como un castillo de naipes. Porque de eso va en último término. De mantener sus paguitas y sus puestos.
A poco que nos despistemos lo único que nos va a quedar es elegir cada cuatro años entre Macron o Trudeau, o a lo peor, entre Trump y Le Pen.
Vista la valentía de los líderes de la izquierda para encarar este despropósito es a donde vamos.
Hay memoria. Pasaremos la nota.
Y el que se quiera enterar bien y el que no que se joda.
Daniel Bernabé sobre su libro "La trampa de la diversidad".
Desde marzo de 2020 estoy viendo cómo se está produciendo una cantidad extraordinaria de registros de nuevos usuarios.
La mayoría de estos nuevos usuarios solo se dedican a comentar las mismas chorradas sin aportar nada constructivo.
Cada día me da más pereza entrar a Menéame y escribir o leer algún comentario.
Si a más usuarios nos ocurre los mismo, estos nuevos usuarios se harán con el debate y acabarán con la esencia de la web.
Me da mucha pena esta situación porque creo que puede ser un punto de inflexión en la web.
Me monto en la buambulancia y me voy. Un saludo.
En los últimos tiempos el concepto de "economía colaborativa" se ha usado como palabrería grandilocuente bajo la que ocultar una de las formas de explotación laboral más viejas y descaradas del mundo: tener trabajadores sin dar de alta en la Seguridad Social. Hablando con rigor, la economía colaborativa implica que varios sujetos en una posición de igualdad entre sí, se unan para formar un negocio donde comparten riesgo, autoridad y beneficios de un modo equitativo. Algo muy distinto de lo que vemos en las tristes figuras de los chicos que cargan en su moto una enorme caja con logotipo a cambio de cuatro duros, para una empresa que controla y dirige su trabajo, y que se lucra sustanciosamente con sus resultados. Estos chicos, si no están dados de alta en la Seguridad Social como trabajadores de la empresa, son falsos autónomos.
¿Y qué es un falso autónomo? Una persona que presta servicios para otro sujeto (sea empresa o persona física) en régimen de dependencia y ajenidad, y que por tanto debería ser considerado trabajador por cuenta ajena. Pero, para ahorrarse cotizaciones y salarios, su jefe le obliga a darse de alta como autónomo pese al fraude que esto implica (el autónomo se caracteriza por ser un sujeto independiente que tiene su propio negocio y presta servicios a una pluralidad de clientes sin someterse a su poder de dirección, controlando él mismo su capacidad productiva, estableciendo su protocolo de trabajo y cobrando en primera persona a sus clientes el precio de sus servicios).
¿Y cómo podemos identificar a los falsos autónomos? Examinando si se dan varias de estas características:
-El "cliente" (en realidad jefe) le impone el horario de trabajo y el protocolo que deberá seguir para ejecutarlo (por ejemplo, obligándole a instalar una aplicación en el móvil a través de la cual le tendrá controlado y dará instrucciones, o dictándole las franjas horarias en que deberá estar disponible para cualquier llamada).
-El "cliente" (en realidad jefe) es quien impone el precio por el servicio y el porcentaje del mismo que se quedará el falso autónomo. El jefe es quien se queda con la recaudación y da una parte al falso autónomo.
-El "cliente" (en realidad jefe) da al falso autónomo los medios materiales (o una parte de ellos) que precisa para ejecutar el trabajo.
-El "cliente" (en realidad jefe) es quien impone las condiciones del servicio a los clientes (precio, características del servicio dado en contraprestación, régimen de reclamaciones si el cliente no está conforme, promociones...), sin que el falso autónomo tenga participación alguna en ello.
-El "cliente" (en realidad jefe) posee una marca bajo la cual el falso autónomo presta sus servicios, mostrándose como parte de la estructura que identifica esa marca.
En suma, el falso autónomo no decide en qué momento del día presta servicios, ni qué precio les pone, ni la metodología que usará para prestarlos, ni lo hace con una marca propia. El falso autónomo opera bajo el poder de organización y dirección de un tercero que decide todos esos extremos y, por ende, es un empresario que está obligado a contratarle como trabajador suyo.
El falso autónomo no sólo tiene que pagar con su sueldo la cuota de autónomo, sino que percibe una retribución claramente inferior a la que marca el Convenio Colectivo de aplicación para los trabajadores de su sector. Es una víctima que podría dejar de serlo si acudiese a los tribunales o a la Inspección de Trabajo. Y si su jefe le despidiese a raíz de ello, el despido sería declarado nulo y tendría que readmitirle pagándole todos los meses que haya estado en el paro. La cuestión está en atreverse y no dejar que camuflen la explotación de toda la vida pintándola de rosa.
A raíz de un comentario que hice ayer donde transcribía un documento medieval, a la mente me han venido otros tantos, algunos de ellos de una belleza extraordinaria.
No todos los documentos son iguales, pues no se pone el mismo cuidado en un privilegio rodado que en un registro del sello, o mucho menos en una escritura entre particulares, donde el contenido es lo que importa. En los privilegios rodados y otros documentos ricos, el continente es tan importante como el contenido. Sin más dilación, adjunto aquí un documento del siglo XIV de una factura técnica extraordinaria, y a continuación añadiré su transcripción.
La carta aquí presente es la constatación de la resolución del asunto sobre quién tenía primacía en hablar en las cortes castellanas: Toledo, por ser la ciudad primada y regia ciudad desde los godos, o Burgos por ser cabeza de Castilla. El rey Alfonso XI lo resolvió a su manera: hablaría él primero en nombre de Toledo, pero la primera ciudad en hablar por sí sería Burgos.
Sepan quantos esta carta vieren cómo yo, Don PEDRO, por la gracia de Dios rey de Castiella, de Toledo, de León, de Gallizia, de Sevilla, de Córdova, de Murçia, de Jahén, del Algarbe, de Algezira, y señor de Molina, porque fallé que Toledo fue y es cabeça del ymperio de España de tiempos de los Reyes Godos a acá, et fue poblada de cavalleros y de fijos dalgo de los buenos solares de España, et non les dieron pendón nin seello, et fueron y son merçed de los reyes onde yo vengo, y non ovieron pendón sinon el de los reyes onde yo vengo, ni an pendón sinon el mío, y los seellos de los míos offiçiales. Et porque lo falló assí el rey Don Alfonso mío padre, que Dios perdone, en las cortes que fizo en Alcalá de Henares. Et era contienda quáles fablarían primeramientre en las cortes. Por esta razón ovo él por bien de fablar en las dichas cortes primeramientre por Toledo. Et por esto yo tove por bien de fablar en las cortes que yo agora fize aquí en Valladolit primeramientre por Toledo. Et desto mandé dar a los de Toledo esta mi carta seellada con mío seello de plomo. Dada en las cortes de Valladolit, nueve días de noviembre, Era de mill y trezientos y ochenta y nueve años
Hoy todo el país está consternado por el asesinato de dos niños a manos de sus padres, toxicómanos con problemas mentales. Sabemos que la abuela llamó hasta la saciedad a los servicios sociales advirtiendo del peligro que corrían los pequeños. No sirvió de nada. Posiblemente la falta de recursos públicos fuese uno de los motivos de la inacción de dichos servicios, pero me temo que también tuvo un cierto peso la errónea concepción de la patria potestad que demasiada gente tiene en España.
La patria potestad implica el deber de educar y cuidar a los hijos propios sin perjudicar su correcto desarrollo. También implica derechos como que no te arrebaten a tus hijos, pero estos derechos están supeditados al cumplimiento del anterior deber. El bienestar del menor debe estar por encima de cualquier otro objetivo, incluido el deseo de los padres de mantenerlos a su lado cuando esto supone un peligro para la integridad física o moral del menor.
Hay quienes piensan que los niños son muñecos ideados para que sus padres les den la forma que quieran, aunque ello implique machacarlos o amputarles partes (a veces metafóricamente y otras literalmente). Pero cualquier menor es un ser humano libre, independiente y con pleno derecho a vivir de forma acorde con su dignidad, formando su cuerpo y su mente de forma sana y plena. Y sus padres no tienen derecho a negárselo.
Los padres no tienen derecho a obligar a sus hijos a vivir en el miedo, el sufrimiento o el oscurantismo. No tienen derecho a impedir que les enseñen en el colegio que todos somos iguales independientemente de nuestra raza, sexo u orientación sexual. Un padre que es un cafre convencido de que los maricones son escoria, no tiene derecho a impedir que su hijo aprenda lo que es la tolerancia. Una madre que cree que si tomas una dieta a base de apio y remolacha te encontrarás con el espíritu de Espinete, no tiene derecho a desnutrir a su hijo imponiéndole sus paranoias.
Los padres no tienen derecho a envenenar a sus hijos con violencia o maltrato, ni a negarles el conocimiento de los valores cívicos elementales o los Derechos Humanos. No tienen derecho a negarles el futuro. Y es misión del Estado proteger a los menores cuando sus padres incumplan los deberes imprescindibles para poder llamarse como tales. Cuando interioricemos esto, daremos el primer paso para salvar a miles de niños que viven enterrados bajo el "son cosas de familia y no hay que meterse".
Desde noviembre de 2015 soy uno de los varios millones de personas que han pasado a engrosar las listas de desempleados, me resisto a utilizar la palabra “paro” y sus derivados, pues el significado de estas no reflejaría en absoluto mi actual situación. Para quien haya estado en la misma coyuntura, estará de más explicar el estado de ansiedad que provoca estar en una circunstancia que no has buscado y en la que los muchos esfuerzos que dedicas a subsanarla resultan en vano. Pero sin duda lo que más me ha sorprendido y no precisamente para bien, han sido las prácticas de las personas cuyo trabajo supuestamente es ayudarte a resolver tal tesitura.
Dichas personas tienen un empleo cuyo nombre resulta imposible que pueda prestar a confusión, “orientador laboral”, aunque cabe destacar que en los últimos tiempos han surgido conceptos como: “coaching”, “mentoring”, “networking” …etc. Por lo que se ve las palabras en inglés suenan mejor, y parece que solo por pronunciarlas ya estás haciendo algo de suma importancia, aunque los resultados sean siempre nulos, y te quede la extraña sensación que eres el instrumento que sirve para justificar el trabajo de ciertas personas y también para que instituciones tanto públicas como privadas reciban jugosas subvenciones.
¿Pero cuál es el método principal de las personas anteriormente mencionadas?, pues uno que desgraciadamente se ha puesto de moda últimamente, “pensamiento positivo”, dos palabras que oírlas me provoca una ira que solo mi moralidad consigue contener. Y es que analizando en profundidad esas dos palabras, lo único que queda claro es que quien las pronuncia te hace culpable de tu situación por no recrear cada vez que sales a la calle la memorable escena de la película “Cantando bajo la lluvia”, como si el ser feliz en lugar de ser un derecho fuese una obligación.
Mi conclusión tras lo explicado anteriormente es sencilla. La psicología (en la cual no he creído nunca) ha adquirido mucho protagonismo en tiempos de crisis, creo que con la deplorable intención de convertirse en el efecto placebo de personas cuya situación comienza a ser o ya es desesperada. Un servidor ha asistido a sesiones de coaching en las que entre otras cosas se me comparaba con el camino de Santiago, con el bambú, en las que se me pedía que me describiese a través de un objeto que previamente había cogido de una bolsa sin mirar, o que mirando la imagen de un iceberg dilucidase si yo era la parte que sobresalía del agua o la que quedaba sumergida.
¿Y qué me queda después de todas estas experiencias?, aunque me esfuerzo en pensar que dichas personas creen realmente en lo que hacen y que tienen buena intención, este pensamiento va dejando paso a lo que expresaba en el segundo y tercer párrafo de este artículo, más teniendo en cuenta que vivo en un país cuya máxima es hacer negocio de todo. Con este panorama resulta difícil, si no imposible, pensar que los parados no íbamos a servir para que algunos se lucrasen.
Este artículo puede que sea otro artículo mas merecedor de una buambulancia, pero tras pensarlo detenidamente creo conveniente no callar y denunciar lo que considero que es un abuso de autoridad de la administración de poderes.
Todo comienza con el siguiente mensaje por mi parte:
Hablando de mensajes simples para simples, “yo si te creo, hermana” “solo sí es sí”.
A menudo la política lanza mensajes simples.
Este comentario era un calzador en toda regla, y cayó sobre él la ira de negativos de muchos usuarios. Cabe decir que eso me lo esperaba. Lo que no me esperaba en absoluto era el strike que vino después por incitación al odio. Quizás soy yo el que tiene la sensibilidad atrofiada, pero ¿incitación al odio?. Luego me acordé que varios administradores de menéame son famosos no por administrar, sino por impartir justicia a lo justiciero. En otras ocasiones he visto como ante denuncias de los usuarios todos los administradores cierran filas y actúan de una manera corporativista defendiendo lo indefendible con tal de no hacer quedar mal a su colega, pero aún sabiéndolo, decidí escribir un mail denunciando lo que consideraba un abuso.
No me equivocaba, una señorita me contestó que de haber sido ella me hubiera baneado por considerar "sólo sí es sí" un simple eslogan. Me demostró dos cosas, que tenía falta de comprensión lectora, ya que un simple mensaje no es lo mismo que un mensaje simple, y que ella era otra @admin que usaba su condición de manera abusiva cual matón. Es irónico que en un portal que se acusa a menudo a la policía de desproporcionada y corrupta los propios administradores actúen de una forma similar.
Ignoro si @dseijo busca esta forma de actuar en sus administradores, pero francamente lo dudo. Viendo estas actuaciones uno acaba entendiendo uno de los motivos del sesgo del grueso de la comunidad. Si la tolerancia sobre lo aceptable y merecedor de sanción depende de la orientación de la opinión, consigues que el "disidente" acabe abandonando. Esto acaba por restar visitas al portal y por tanto reduce su rentabilidad.
No espero otra cosa que la defensa a ultranza entre administradores, como han hecho en otras múltiples ocasiones. Pero eso no quita para que yo lo denuncie.
Para la señorita que me contestó, si cree que el comentario era merecedor de un ban, aquí lo diré una tercera vez:
Hablando de mensajes simples para simples, “yo si te creo, hermana” “solo sí es sí”.
A menudo la política lanza mensajes simples.
edit: Recomiendo la lectura del siguiente artículo, ya que está bastante mejor argumentado que el mío
Las guerras, como las partidas de ajedrez, se libran entre dos bandos que tratan de ocultar al otro sus intenciones. El observador puede, como mucho, tratar de prever qué es lo que se va a mover sobre el tablero y lo más normal es que no acierte, precisamente porque los jugadores tienen mayor pericia que él sobre el juego. Pero lo suyo es que los observadores aporten una visión sobre las distintas posibilidades y cual es más probable que se desarrolle.
En el caso de la guerra de Ucrania, lo que estamos viendo es a un montón de comentaristas forofos jaleando a las piezas de un color, pero muy poco análisis. Y estoy seguro de que hay gente con conocimientos y experiencia de sobra para realizar ese análisis, pero se callan. Ese, creo, es el primer síntoma de que algo no va como por aquí se espera.
Comparado con esa gente, la que de verdad tiene conocimientos y experiencia, no me considero ningún experto, pero como algo sé, estoy aquí y no me importa hacer el trabajo de balde, pues voy a intentar dar un explicación razonada de cómo van estas cosas. O de cómo suelen ir.
Cuando se comienza una invasión, lo normal es que se lancen ataques en profundidad, para tantear la fuerza defensiva del enemigo, su organización y su voluntad de resistir. No es que se pretenda conquistar el país entero en una semana: es que es lo que hay que hacer. En este caso, el factor sorpresa era inexistente: los americanos llevaban semanas avisando de la inminente invasión rusa y, cuando se produjo, es imposible creer que las fuerzas ucranianas no estaban en máxima alerta.
Dada la situación del conflicto del Donbas y de estos avisos, es muy probable que al menos dos tercios de todas las fuerzas ucranianas estuviesen desplegadas en la parte oriental del país. Si las fortificaciones son medianas, y aquí parece ser que eran algo más que medianas, existe el consenso de que se necesitan tres atacantes por cada defensor para tomarlas. El ejército ucraniano no es pequeño, ni el ruso desplazado para la invasión tan enorme, así que no se puede decir, como estamos leyendo, que le desempeño del ejército ruso haya sido chapucero. A mi juicio, está dentro de lo esperado, o incluso un poco por encima. Al menos por encima de lo que yo esperaba.
Contra un ejército bien pertrechado y una población determinada a luchar, que es el caso de los ucranianos, la conquista de las ciudades al asalto es materialmente imposible o terriblemente costosa, máxime cuando no se desea triturarlas antes con ataques aéreos estilo Dresde. Por eso, tampoco parece extraña la evolución que vemos en el mapa.
El ataque se ha producido por cuatro frentes y, a mi entender, la idea consiste en generar una enorme bolsa central, cerrando a Ucrania la salida al mar. Para que esta operación tenga éxito, no es necesario que caigan Jarkov ni Kiev, pero si es necesaria la conquista de Mariupol, y eso es lo que estamos viendo estos últimos días.
Si mi apreciación es correcta, los próximos grandes ataques se producirán sobre Mykolaiv, Zaporiyia y Dnipro, y en semanas posteriores se decidirá el destino de la guerra en Uman y Cherkassy. Si los rusos consiguen desarrollar esta ruta, habrán hecho, a mi entender, exactamente lo esperado. Por supuesto, lo más probable es que no sea así, porque en caso contrario me parecerían demasiado predecibles, pero es que no he leído por ahí a casi nadie explicando esta versión, que es la obvia.
Esta operación, dependiendo de muchos factores, estimo que puede llevar aún otros dos meses largos.
Respecto a Odesa, de la que tanto se habla, mi opinión es que no será asaltada. Ni antes, ni después. Puede que sea bombardeada, pero no asaltada. En el plan que describo, no tiene el menor sentido distraer fuerzas para atacar esa ciudad. Lo racional es mantener la flota delante de ella, para que los ucranianos no la puedan abandonar, sostener la tensión con ataques de artillería y no arriesgar gran cosa en su conquista.
De todos modos, el mayor error que creo que se comete al analizar este conflicto, es pensar que tiene que ser rápido y que el tiempo corre en contra de los rusos. Podría ser así, pero a mí no me lo parece. Pensar semejante cosa es creer que a los rusos les hacen más daño las sanciones económicas que a los ucranianos los bombardeos de su país. Una idea semejante es ingenua, o directamente canalla, aunque pueda sentar muy bien a nuestras conciencias y nos ayude a decirnos que estamos haciendo mucho por ayudar a Ucrania.
A mi entender, la guerra será lenta. Las ciudades se intentarán tomar por asedio y la evolución sobre el terreno indica más una gran maniobra de embolsamiento que intención de fuertes choques.
El tiempo dirá si estoy o no en lo cierto.
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El mapa salió de esta notiocia de El Español.
www.elespanol.com/mundo/20220316/putin-coquetea-error-historico-lleva-
Reconozco que en mi trabajo miento asiduamente (o tal vez no, y esto sea sólo un recurso literario para exponer mi argumento). Muchas de las veces que defiendo a un trabajador frente a una empresa, miento al empresario inventándome pruebas que no existen, haciéndole creer que ha sido grabado reconociendo tal o cual fraude o que el trabajador ha conseguido fotocopiar documentos clave para ganar el juicio que obran en poder de la empresa. A veces tengo esas pruebas, pero otras no, y resulta esencial para alcanzar un buen acuerdo que la otra parte se piense que las poseo. Así que pongo cara de poker, finjo tranquilidad absoluta y le digo cosas del tipo "con la grabación de la conversación del 3 de abril te tenemos totalmente pillado. El juez nos va a dar los 20.000 que pedimos, pero para evitar el rollo de los recursos al tsj y la espera para cobrar, el trabajador acepta que le pagues ahora 18.000, pero ni un céntimo menos". Bastantes veces funciona (o, como digo, puede que todo esto sea falso, siempre tenga las pruebas que afirmo tener y nunca mienta a los empresarios a quienes demando).
Lo que nunca haría es mentir a un cliente. Primero porque le he dado mi palabra de defenderle lealmente. Segundo porque confía en mí. Y tercero porque el código deontológico de la abogacía lo prohíbe taxativamente (ver artículo 13 www.abogacia.es/wp-content/uploads/2012/06/codigo_deontologico1.pdf ). Pues bien, los políticos comparten con los abogados su condición de representantes. Al abogado le contratas para que te represente en un pleito concreto, pero al político le encomiendas una representación global cuyo objeto es la soberanía de la que eres cotitular con el resto de ciudadanos. Algo mucho más serio que un pleito de 100000 euros. Pese a ello, los políticos mienten asiduamente a sus clientes. Y en España, además, mienten muy mal.
Estos días estaba especialmente asqueado por las mentiras de Sánchez a fin de justificar nuevas elecciones. Iglesias se puso prácticamente de rodillas al ofrecerle una coalición temporal, y Sánchez siguió diciendo que no porque sueña con recuperar el bipartidismo con un PSOE preponderante. Pese a que ése es el fin que le mueve, y que le lleva a poner en riesgo los derechos y libertades de todos los españoles en unas nuevas elecciones que pueden dar el gobierno al PP con ministerios de Vox, intenta engañarnos del modo más burdo diciendo que no quiere elecciones pero la coalición es una atrocidad inconcebible que no puede aceptar (a pesar de que la mayoría de países europeos tienen gobiernos de coalición). Sánchez nos convierte en dados manoseados por un tahúr www.meneame.net/m/Artículos/no-nos-tomeis-dados-manos-tahur-saldreis-
Pero al anterior espectáculo se suma otro aún más bochornoso. Rivera, que en julio rechazó tajantemente la reunión que Sánchez le proponía para negociar, le ruega ahora una reunión "urgente" para evitar nuevas elecciones www.elmundo.es/espana/2019/09/17/5d808970fc6c834b578b4639.html ¿El motivo? Todas las encuestas dicen que Ciudadanos se hundirá si votamos en noviembre, pues el grueso de su electorado centrista irá al PSOE y el más conservador volverá al PP. Rivera está dispuesto a avalar "El Plan Sánchez" y a unirse a "La Banda de Sánchez" (que según decía en julio representaban todos los males de la "antiEspaña") para conservar el sillón.
Muchos rumores apuntaban a que Iglesias iba a aceptar, en el último momento, apoyar a Sánchez sin entrar en el gobierno (posiblemente por el miedo a un batacazo electoral contundente aunque menor al de Rivera), pero al salir la noticia de que Rivera podría entrar en La Banda de Sánchez, desde Podemos se ha dicho que en tal caso se replantearán cambiar su abstención por un NO. Es decir, que pase lo que pase vamos a elecciones.
Ojalá hubiera un colegio profesional similar al de abogados donde se pudiera denunciar a los políticos por mentir a sus clientes y administrar deslealmente (buscando su beneficio personal en detrimento del colectivo) los encargos profesionales que les han encomendado. La mayoría de los actuales líderes estarían sancionados con inhabilitación permanente para el ejercicio de la profesión. Porque lo que estamos viviendo no es menos grave que la conducta del abogado que, previo soborno, engaña a su cliente para que llegue a un acuerdo desastroso para sus intereses con la otra parte.
Hay un mantra que leo últimamente en muchos comentarios en las redes sociales y que se deja caer en algunos artículos de ciertos medios: que los votantes tradicionales de izquierda, en todas sus variantes, van a pasar a votar a VOX. Una constante advertencia de que si la izquierda política continúa por esos derroteros, van a perder votantes que se van a ir a VOX. Y lo siguiente es lo del obrero imbécil que se vende a los populismos.
¿En serio alguien se traga esta basura?
Parece que uno de los motivos por los que VOX ganaría votantes de izquierda es por la deriva de esta última hacia las teorías identitarias y el feminismo. Por mucho que se repita, y por mucho se que puedan ver como injustas o infundadas tales teorías, al votante medio de izquierdas le interesa algo por encima de todo: la estabilidad laboral y económica, los derechos laborales. Y VOX lo único que ha hecho sobre ello es crear una retórica de enemigo común enfocada a la inmigración ilegal. Propuestas populistas, vacías de contenido, simplistas al absurdo.
La izquierda puede perder votos porque haya cosas que no están haciendo bien, pero esos votos se van a transformar en abstención. Cada vez que leemos alguna encuesta en la que se dice que la izquierda pierde mientras VOX los gana, en escasas ocasiones se menciona la sangría que está sufriendo el Partido Popular. Este auge de la extrema derecha no se debe al descontento de la izquierda, sino al propio descontento de la derecha. La izquierda lo único que puede hacer es perder votos y representación.
Es decir, que se critica a la izquierda, y se le echa la culpa de todos los problemas, mientras la derecha y el centro-derecha pasa de puntillas. Se exige a la izquierda autocrítica para no fomentar votos a partidos de extrema derecha, pero a la derecha en sí no se le pide absolutamente nada, algo que mantenga contentos a los votantes conservadores y que no vean la necesidad de pasar a posturas ideológicas más ultras.
¿Acaso alguien lee el BOE, o las propuestas del Congreso? La izquierda española sigue haciendo lo que se presume de ella, unos partidos más que otros, mientras montamos debates válidos pero artificiosos sobre los aspectos fundamentales de una nación, alimentados por medios de comunicación y redes sociales que sólo buscan el morbo.
¿Quién es más probable que vote a VOX? ¿Un podemita cansado de los tejemanejes de la dirección de su partido y del discurso feminista? ¿O un pepero cansado de la corrupción, que parece ir inherente a ese partido, y que modifica su discurso según lo que le pueda dar más votos?
Cuando Irene Montero dice "portavozas", puede peder un voto, pero eso no genera un voto a VOX. Cuando un conservador, con sus ideas anti-inmigración y españolistas, ve que su representante ha falseado su currículum, y que está metido en una trama de corrupción, eso no genera un voto a la izquierda, sino una abstención, o un voto a VOX.
Todo esto es como pensar lo que algunos piensan sobre propiedad intelectual, copyright y "pirateo". Que si se prohiben las descargas va a aumentar la afluencia de público al cine, o se van a comprar más discos. Que si yo me descargo una película, la industria está perdiendo dinero. Perdone usted, pero a lo mejor yo jamás habría pagado un céntimo por esa película, y si no la puedo ver, ahí se la quede usted, que ya me buscaré otro entretenimiento. ¿Le molesta que pueda ver su película gratis? Pues que sepa que por esa película suya que he visto gratis he visto otras siete pagando. No intente demonizarme, porque puede perder un cliente para siempre.
Hay tantas cosas que siguen un patrón lógico tan similar, que cuesta y duele de ver cómo caemos en las redes de la desinformación, la demagogia, y el populismo de moda. Y veo en la sociedad algo mucho más preocupante que el llamado discurso de odio: el discurso de la imbecilidad, al que nos someten constantemente, aprovechando que no se puede estar de guardia 24 horas al día, para ganar votos o dinero. Ese discurso de la imbecilidad, sumado a las carencias del sistema educativo y a las consecuencias de un sistema económico de explotación y competencia máxima, es el que consigue dividirnos de formas que rozan el absurdo histórico y que, seguro, las ciencias sociales del futuro investigarán.
Como estoy hasta el gorro de política, prefiero escribir un artículo sobre una curiosidad histórica que traté hace cosa de 12 años y que acabo de encontrar en un ordenador viejísimo que aún funciona.
La máquina Enigma era lo que usaban los nazis para codificar sus mensajes, y se ha repetido un millón de veces que el gran logro de Alan Turing fue romper su código, lo que resultó crucial para el curso de la guerra.
Lo primero es absolutamente cierto, y nadie le puede quitar el mérito a Turing, porque además sus trabajos pusieron las bases para lo que son los ordenadores modernos. Todo un logro de primera magnitud.
Lo segundo ya es mucho más dudoso, y por eso la marina alemana no se tomó la molestia de buscar otros medios de cifrado, aunque sabían que algunas máquinas enigma habían caído en poder del enemigo.
La cuestión residía, y los alemanes lo sabían bien, en que el tiempo medio de desencriptado de un mensaje rondaba las tres semanas, mientras la mayor parte de los mensajes que se enviaban eran órdenes para los próximos dos o tres días. Los ingleses podían conocer el contenido de los mensajes alemanes, pero siempre demasiado tarde, y con un problema añadido: los alemanes radiaban centenares, millares de estos mensajes en abierto, y los británicos no tenían capacidad para desencriptarlos todos, ni siquiera un porcentaje significativo.
Un buen ejemplo de que esto fue así podemos verlo en el llamamiento que en 2006 hizo el museo naval británico a la comunidad de usuarios de ordenador, solicitando su ayuda para desencriptar las decenas de miles de mensajes der Máquina Enigma que se guardaban en dicho museo, y ayudar así a aportar datos a los historiadores.
Supongo que muchos conocíteis el proyecto SETI, que cedía horas de computación de tu CPU a distintos proyectos. El más famoso era el de lso radiotelescopiios que buscaban señales de radio del espcio exterior.
Este es el enlace para que anuncia el proyecto SETI de descifrar mensajes de la máquina Enigma.
Y este es el enlace, creo, del proyecto SETI actual para ayudar a desencriptar mensajes de Enigma.
Obviamente, si en 2006 todavía estaban así, el alcance de la desincriptación de Enigma fue importante sólo a nivel técnico, pero no a nivel operativo.
De hecho, una parte de los mensajes que se descifraron en los años cincuenta y sesenta, se descifraron por el procedimiento de preguntar a los alemanes si tenían archivado en alguna parte su contenido. Y algunos los tenían, y los compartieron con el museo naval británico.
Pero como decía, el descifrado llegaba siempre o casi siempre tarde. Demasiado tarde.
menéame