#6 los catalanes hablamos catalán porque es nuestra lengua, no por joder. Lo que le pasó a #2 es que no les sirvieron porque entre ellos hablaban catalán. No conozco a nadie al que no hayan servido por hablar en castellano con sus amigos.
Ya que nadie lo hace, cito yo lo que escribió Plinio el Viejo sobre la púrpura de Tiro: La estación más favorable para tomar éstos es después del ascenso de la estrella del Can, o bien antes de la primavera; porque cuando ya han soltado su cerumen, sus jugos no tienen consistencia: esto, sin embargo, es un hecho desconocido en los talleres de los tintoreros, aunque es una cuestión de primer orden.
Después de tomada, se extrae la vena, de la que hemos hablado anteriormente, a la que es necesario añadir sal, un sextario por cada cien libras de jugo. Basta dejarlas en remojo durante tres días, no más, pues cuanto más frescas estén, mayor virtud tendrá el licor. Luego se pone a hervir en recipientes de estaño, y cada cien ánforas deben reducirse hasta quinientas libras de tinte mediante un calor moderado; para ello, el recipiente se coloca en el extremo de un largo embudo, que se comunica con el horno; mientras hierve, el licor se desespuma de vez en cuando, y con él la carne, que
#5 Lleva colaborando una década... pero claro... Es por ser "mujer de". No como la "Botella"... Esa si tenía méritos para ser alcaldesa de la capital de España...
Tragáis fango y lo vomitáis sin siquiera entender lo que decis...
Yo estoy preñada y se me ha ido la pinza totalmente. Una de las cosas que me ha llamado la atención a parte de ir de un extremo emocional al otro en cuestión de segundos, es que yo soy una persona totalmente analítica y con ansiedad por todo. Y desde el embarazo estoy en plan hippie y un poco pasota. Al menos de momento, a ver lo que me queda pero en el momento más "crítico" no se me ha manifestado la ansiedad clínica a como otras veces preocupándome por mil cosas más que las prácticas del día a día.
La estación más favorable para tomar éstos es después del ascenso de la estrella del Can, o bien antes de la primavera; porque cuando ya han soltado su cerumen, sus jugos no tienen consistencia: esto, sin embargo, es un hecho desconocido en los talleres de los tintoreros, aunque es una cuestión de primer orden.
Después de tomada, se extrae la vena, de la que hemos hablado anteriormente, a la que es necesario añadir sal, un sextario por cada cien libras de jugo. Basta dejarlas en remojo durante tres días, no más, pues cuanto más frescas estén, mayor virtud tendrá el licor. Luego se pone a hervir en recipientes de estaño, y cada cien ánforas deben reducirse hasta quinientas libras de tinte mediante un calor moderado; para ello, el recipiente se coloca en el extremo de un largo embudo, que se comunica con el horno; mientras hierve, el licor se desespuma de vez en cuando, y con él la carne, que
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Tragáis fango y lo vomitáis sin siquiera entender lo que decis...