#11 No soy economista. Soy un ciudadano que paga religiosamente sus impuestos, trabajo y produzco (soy autónomo, así que en la medida que he podido, he estado trabajando estos tres últimos meses). Lo único que pido es que haya una gestión razonable y coherente. ¿O es que el dinero de un alemán vale más que el mío?
#10 Como tailandés que soy, me he logeado sólo para decirte que el coreano del tai, como la castaña al huevo, a pesar de que para los occidentales sea un mismo galimatías. Y no, no es tai.
#7 No es una catedral. Se la denomina popularmente "catedral" por sus dimensiones, que sin ser gigantescas, sería digna de ser sede de un obispo. Y sí, he visitado muchas catedrales góticas por toda Europa, y te aseguro que Santa Maria de Castelló, es maravillosa, y constituye una joya del gótico meridional. Como curiosidad, no presenta ventanas en el lado septentrional a causa de la tramontana, que allí es bastante frecuente e intensa.
El criterio discernible, es decir, distinguir la obra original de lo añadido no es nada nuevo en restauración: si tenéis en mente el Coliseo de Roma, se restauró en el siglo XIX con este criterio, pero utilizando ladrillos. Se aplica siempre teniendo en cuenta la siguiente premisa: utilizar ser material diferente del original pero también que sea reversible y compatible, en en esto último, el cemento tiene poco...
En este caso particular veo tres problemas:
1. La poca sensibilidad del arquitecto en utilizar el cemento. Se pueden utilizar otros materiales, más tradicionales y más respetuosos, con la obra y el entorno: el mortero de cal y piedra de diferente color si se quiere.
2. El cemento es mucho más barato
3. El afán de protagonismo/ego del arquitecto/ténico de dejar su huella en el monumento (esto es casi inevitable en éste país...)
Por último, decir que una buena restauración, es la que no se ve, la que queda visualmente integrada y no distorsiona la obra, y aquí, el resultado es más que evidente: se han cargado el monumento.
Yo tengo una miseria de factura presentada a un Ayuntamiento con fecha del 10 de octubre de 2010, y aún estoy pendiente de cobrarla... Así que de 160 días nada...
Se trata de patrimonio cultural, independientemente de quien sea su propietario (en este caso, la Iglesia), su función o su connotación religiosa. El patrimonio cultural nos pertenece a TODOS (y se entiende como patrimonio todo bien cultural e histórico tangible e intangible) dado que habla y es herencia de nuestra memoria e historia, que en definitiva, es la que nos define y nos identifica como pueblo y como colectivo. Un pueblo sin memoria, no es nada.
#17 lo que propones ya se hizo en 1936 con la destrucción y quema de la mayor parte de nuestro patrimonio religioso (iglesias, retables, pinturas...), y créeme, ha sido una mancha imborrable de nuestra historia más reciente. No hace falta ir más lejos en el tiempo ¿te acuerdas de los milenarios budas de Bamiyán en Afganistán...?