solo se puede decir gracias, y dar ánimos a todos los profesionales que hoy están tratando de luchar en nuestro nombre por una sanidad pública de calidad. y no debe ser nada fácil, aguantando las quejas de los pacientes y demás. y porque muchos de ellos tienen situaciones bastante precarias.
yo no sabía lo que era esto hasta que lo he vivido... me explico. tengo 30 años y no he tenido la necesidad de sacarme el carnet de conducir hasta ahora, y más por cuestiones familiares que otra cosa, que por mí iría en transporte público hasta el fin del mundo.
conduzco por madrid habitualmente, y el caso es que no llevo ni seis meses de carnet y ya he visto de todo... gente que me da las largas cuando voy a la velocidad correcta en la M-30 para que me aparte, motos-ninja que me hacen adelantamientos en los que no las ves (que igual que hay canis con coche, hay canis con moto), anormales que te hacen adelantamientos por la derecha a lo ben-hur, gilipollas que no se deciden entre qué carril coger y van por dos a la vez, incorporaciones suicidas haciéndote frenar de golpe para cambiarse 3 carriles a la vez porque se les pasa la incorporación, peña que va borracha o dormida y se les va el coche y te da un miedo horroroso pasarlos por si se te echan encima... y de las distancias de seguridad ni hablamos, claro.
ahora bien, son los menos. la mayoría de la gente hace las cosas como se debe. pero cuando soy realmente consciente de todo, no puedo evitar sentir en el fondo un pánico atroz, porque tanto yo como toda esa gente que trata de hacer lo correcto no tenemos nada que hacer si se nos cruza un hijo de p*** de estos en el camino. si te quiere joder, te va a joder. pero no te puedes cambiar de acera y ya. vas en una máquina de una tonelada a 90km/h y estás, literalmente, indefenso. y si vas en moto, ni hablamos.
no son peregrinos, son turistas. vale ya con la maniobra semántica esta creada por la iglesia, como si tuvieran algún mérito por pillarse un vuelo low cost y venir a que se lo den todo hecho.
el nuevo despido libre.