los líderes europeos consultados, resaltan el patetismo “del señor calvo que acompañaba al presidente del gobierno español”, lo que ha provocado que Rajoy diera más pena de lo habitual. “Y no era fácil de conseguir”, ha remarcado Angela Merkel.
Tenía ya 65 años, el umbral de la vejez, nadie hubiese podido reprocharle que no se metiese en el agua, que no se resolviese a jugarse la vida. Pero lo hizo, se atrevió y ayudó a salvar a dos niños. Entre tanta abyección y basura como nos depara la actualidad, la acción noble de ese héroe doméstico nos reconcilia un poco con el ser humano.
En toda la ciudad de Valencia no hay apenas aparcamientos de bici. He visto algunos ocupados por motos, pero a ésas no las multan. De hecho, un familiar mío que tuvo la original ocurrencia de dejar una bici encadenada en un estacionamiento para bicis se encontró las ruedas pinchadas, probablamente por algún motero habitual indignado por que una bici suplantase a su maquinorra.
Parece que la policía es muy diligente poniendo multas a los ciclistas. Lástima que demuestre menos competencia a la hora de impedir el robo de bicicletas, que en Valencia están a la orden del día. En mi familia ya van dos, seguiditas.
Esas bicis de la foto están amarradas a un lugar perfectamente razonable. No ocupan la acera, no obstaculizan en paso, no molestan a nadie. Estacionan ahí porque si las dejan en otro sitio cualquiera, las roban. Incluso aceptando que no esté permitido amarrar una bici a 'mobiliario urbano', 200 € de multa es una cantidad absolutamente absurda y desproporcionada.
Por cierto, en la foto, justo al lado de las bicis, hay un scooter aparcado en cordón en lugar de en batería. Probablemente no sea ilegal, pero demuestra mucho menos respeto por los demás al ocupar un espacio innecesario y precioso para automovilistas.
Si algo demuestra que los abucheos están justificados es esa fraldad con que hablan de la crisis, ese desapego absoluto de la Casa Real hacia lo que los españoles vivimos en nuestra piel.
'Los pitidos tienen su origen en la crisis económica', dicen. Y les parece poco.
Hay una escena en Centauros del desierto (traducción lamentable del expedivo The Searchers, de John Ford) en que John Wayne (Ethan) saca los ojos del cadáver de un indio que encuentran en su camino. Cuando el el jefe de la tropa pregunta a John Wayne por qué hace una cosa así, Ethan responde que porque, según las creencias de los apaches, los guerreros sin ojos no pueden entrar en las Praderas Eternas. Cuando el capitán (que, por cierto, es un reverendo) le recrimina: Pero Ethan, tú no crees eso, ¿verdad?, el personaje de Wayne, que está poseído por el odio, responde, señalando con desprecio al indio muerto: Yo, no; pero él sí.
Está visto que John Ford anticipó una ficción que ahora se hace realidad.
A mí me han llamado la atención detallitos como éstos:
...el establecimiento de un Boletín Oficial del Estado (BOE) "a la carta", con un sistema de alertas que pueda personalizar el ciudadano para consultar toda la normativa en vigor de una determinada materia,...
Eso ya existe. Estoy abonado hace tiempo a las alertas legislativas que he escogido y que resultan de interés para mí. Me llegan a mi correo electrónico, con el enlace correspondiente.
'O la creación de una base de datos de la tarjeta sanitaria del Sistema Nacional de Salud...'
Eso también existe. Se llama BADAS y su publicación consta en el BOE:
#2 Grecia no puede hacer eso a solas. Todos los países del sur deberíamos declarar odiosa la parte de la deuda destinada al 'rescate' de la banca. Eso estaría en manos de partidos de izquierdas, ganando en las urnas en Portugal, España, Italia, Grecia --tal vez Irlanda-- unidos en un único frente internacional. Enviaríamos a hacer puñetas el euro, la Troika, el FMI y a su... pastelera madre. Los acreedores que nos atosigan temen eso mucho más que los pringaos que creen borreguilmente que nos iría peor fuera del euro. Como si a Grecia pudiese irle peor ya. Conste que todo esto es soñar, un hablar por hablar a estas horas de la noche... Pero quién sabe. Los pueblos tienen un límite de resistencia y, cuando éste se quiebra, la Historia puede tomar cualquier rumbo inesperado.
“Es extraordinario, ha estado solo unos días y ya debemos millones de euros a varios bancos, no sabemos qué ha podido ocurrir”, ha declarado el alcaide del centro.
Obtuvo los premios Nacional de Literatura, el de la Crítica, el Euskadi de Literatura y qué se yo cuántos. Veintiséis relatos fascinantes, algunos ingenuos, otros oscuros, todos deslumbrantes. Obabakoak es una de esas obras que se recuerdan para siempre. Lo he leído varias veces, en castellano, me hubiera gustado leerlo en euskera, pero la barrera del idioma es infranqueable, una pena. En el prólogo de mi edición, se cita a Luis Michelena, quizás yerre la transcripción: kultur alorrean zerbait sortzen duen herriak beretzat eta besterentzat sortzen du eda, orobat, bestenrentzat sortzen ez duenak ez du beretzat ere sortzen; es decir: en el terreno cultural, el pueblo que crea algo lo crea para él y para los demás; y asimismo, el que no crea para los demás tampoco crea para él.
Pues menos la del zurullo, de Brasil, y alguna horterada como el Mazinger Z o el Optimus Prime, la mayoría son francamente buenas, originales y rompedoras.