He visto esta cara tantas veces... La del jovenzuelo que quema la noche anterior a una celebración matutina y, una vez en ésta, pálido, con ojeras como cuevas, rostro desencajado y sudando a mares, está contando cada segundo que queda para trasladarse a un lugar más festivo y meterse la siguiente raya de farlopa.
Porque es quien es que, si no, habría acabado mal hace ya mucho tiempo.
Porque es quien es que, si no, habría acabado mal hace ya mucho tiempo.