Además de todos los calificativos que dedica a la ley de partidos Royo- Villanova, yo le añadiría dos más: ilógica y, por si fuera poco, torpe. ¿A quién se le ocurre ilegalizar el partido de estos tipos, no se ve que así se les convierte en víctimas? Además del ridículo rollete de defensores de la "libertad" por las armas, del que se ufanan, ahora se les dan argumentos políticos, al prohibir que tengan representación política. Otro adjetivo más: aberrante
"El culpable de la corrupción es siempre el político. El empresario que a menudo anda metido por medio sigue las reglas del juego, pero no se debe a su pueblo. El político sí". Alucinante.
Los culpables de la corrupción al final serán los jueces que no enchironan a esta gentuza