#5 Buenas tardes, que son las 3 p.m. cuando contesto. Es un placer. La biografía se ha adaptado de mi web, no lo tengas en cuenta. Las Pioneras de las que hablo en el libro sí lo son con mayúscula.
Soy alérgica a la cebolla y a la chalota, así como a otras amarilidáceas. Con lo que, quiera o no, la tortilla debe ser sin cebolla. Gracias por tu pregunta y un saludo.
#4 ¡Hola!
a) Antes sí lo hacía. Ahora, la verdad, no. O no tanto. No sé si debe a una mayor seguridad en mí misma, o a que he comprobado que esas opiniones, en realidad, no me ayudaban demasiado. Prefiero confiar en mi criterio.
b) Respecto a los editores y correctores, depende enormemente. Hay editores muy invasivos, los hay con lo que se trabaja fenomenal, porque tienen un exquisito criterio y agradeces cada una de sus opiniones, y los hay que prácticamente no intervienen, sino que te dejan completa libertad. El corrector, que es una figura diferente, sugiere, corrige, pero no impone. Yo me fío mucho de ellos; mis textos no suelen mostrar demasiados errores cuando ya los paso al corrector, pero siempre hay alguna frase cuya puntuación resulta confusa, o mi inveterado leísmo vasco asoma la patita. Otras veces son errores de sentido que, tras haber leído docenas de veces el texto, ya ni detectas.
Mi experiencia general ha sido buena o muy buena. Depende, claro, de tu rigidez a la hora de aceptar sugerencias y también de lo bien que trabajes en equipo.
Muchas gracias por tu pregunta, y un saludo.
#3 Buenas tardes.
el lenguaje posee muchos planos, y el aspecto inclusivo posiblemente se imponga en algunos y en otros, por economía de lenguaje e incluso por estética, no. La política ahora emplea el género como una premisa, y lo ha incluido en el debate social. Los usos políticos son siempre, siempre interesados, pero eso no significa que a veces no produzcan avances. En literatura, por lo general, el lenguaje da prioridad a otras funciones.No sé si es legítimo juzgar el lenguaje, pero es indudable que tanto las palabras como la mentalidad y los conceptos avanzan, y otros envejecen. Hoy, por ejemplo, he rescatado un texto mío de hace unos doce años en que empleaba el término "minusválido", y me ha extrañado; en la actualidad me parece despectivo. Volviendo al tema. Lo que es cierto es que con ese movimiento encuentro más a menudo la inclusión del femenino, no solo en los plurales, sino también como un público al que el que habla se dirige, y eso, a nivel social, es muy refrescante. En mi caso, cuando me dirijo a un público variopinto empleo indistintamente el femenino o el masculino plural; cuando escribo sigo manteniendo el masculino. ¡Gracias y un saludo!
#2 Hola. El machismo está firmemente asentado en todos los sectores de la sociedad, y el mundo literario no es una excepción. Sin embargo, al trabajar con historias y al existir una tradición de mujeres más extendida y antigua que en otros sectores, posiblemente no sea el más machista con el que me he encontrado. El juicio a una obra o a una autora sigue siendo diferente al de un varón, la necesidad de demostrar conocimientos o talento también es mayor, y los comentarios a nuestras personas son tan machistas como los que recibe cualquier mujer. Por otro lado, muchas veces trabajo en un ambiente feminizado, o incluso sola, recibo un gran apoyo tanto de lectores como de lectoras y yo, en particular, considero que me muevo en un entorno con una gran conciencia de género y muy respetuoso. ¡Gracias por tu pregunta!
#1 Buenas tardes. Como todo, depende de tu intención. Si es la de hacerte un nombre o vivir profesionalmente de ello, hace unos años te lo hubiera desaconsejado. Ahora, de vez en cuando, suena la flauta y una editorial ficha a un nombre desconocido, en particular si le avalan las ventas. Por lo general, la autoedición es un camino frustrante y pesado a medio plazo, pasada la euforia inicial. Pero la publicación convencional también lo es. Para escritores ya conocidos es una posibilidad de recuperar títulos ya pasados que no se han reeditado. Si tu intención es evitar la distribución física, que supone un gran impedimento para ser leído internacionalmente puede ser una solución. En conjunto, analiza tus ambiciones, tus circunstancias y tus expectativas y sopésalo. Ojalá la respuesta fuera tan sencilla como "me gusta" o "no me gusta". Muchas gracias por tu pregunta y un saludo.