#10 Arrojar es un verbo que difícilmente casa con una pompa de jabón. Por tu comentario intuyo que no tuviste infancia, así que te explico: Más allá de unos pocos centímetros, las pompas de jabón, debido a su baja densidad, van hacia dónde las lleva el viento, no hacia dónde iba el soplido que las generó. Además, esa misma ligereza hace que, cuando impactan contra un objeto sólido como un policía, la transferencia de momento y energía sea mínima. Los mayores efectos de este impacto los sufre la pompa, que se destruye, pero más debido a la existencia de un punto de nucleación (el policía, que le permite alcanzar un estado de menor energía en forma de pequeñas gotas) que al propio impacto, resultando el policía ileso en el proceso. Por cierto, la próxima vez que te vea arrojar fotones infrarrojos a un policía te vas a enterar, qué es eso de arrojar radiación a velocidad lumínica a la autoridad!!!