Disparatado: A los bautizados los cuentan como católicos, pese a que creer en cuentos mágicos ya ha pasado de moda, la gente no es tan estúpida ahora. Apostatar en la iglesia católica es imposible por lo molesto y difícil del trámite.
No fue guerra civil sino un levantamiento nazi contra la República. Su deleznable líder, un insignificante delirante y asesino que se alió con lo peor del fascismo europeo para masacrar a su propio pueblo, de lo que Guernica es un ejemplo e su cobardía, no será olvidado.
Los evangelistas agradecen a los miles de curas y obispos pederastas por el favor. Pero lo de adorar dioses ya está en franca decadencia. La gente ya no es tan ignorante.
Esos españoles llegaron en la presidencia de Menem de la mano de la corrupta funcionaria Alsogaray que les garantizó el monopolio. Telefónica es odiada por tramposa y por su pésima atención al cliente. Es hora que se les terminen los privilegios. Si se quieren ir, que se vayan. No representan a la España que queremos, sólo a la escoria neoliberal que terminó llevando al títere de Merkel al poder.
Que se pueda NO quiere decir que se deba. Hay libros que pueden enriquecerse usando las ventajas que da el soporte digital. Existe el riesgo de que un editor fantasioso nos entregue un clásico desfigurado. Pero no creo que el riesgo sea grande. Un editor estúpido no dura mucho en el negocio.
¿Quién dice que no vivió también en otros países? Con esa envergadura era el señor del aire, como lo es ahora su pariente menor, el albatros, que recorre grandes distancias.
Que el Papa arregle el desorden de su propia casa, dejando de proteger y reciclar curas pedófilos que debieran purgar largos años en prisión y deje de meterse en política. que para corruptos nos sobra con algunos de nuestros políticos.
Las clases de religión son excelentes formadoras de ateos. Luego de cuatro años de estudio de las payasadas católicas en el secundario le tome asco a la iglesia católica, siempre apoyando dictadores en todo el mundo, olvidando el mensaje de Cristo y ahora, "disfrutando" del trasero de nuestros niños, con la complicidad papal.