Escribo desde Victoria, el estado australiano que se convirtió, en 1970, en el primero del mundo en hacer obligatorio el cinturón de seguridad en el coche. La ley fue atacada como una violación de la libertad individual, pero la sociedad la aceptó porque salvaba vidas. Ahora, en la mayoría del mundo hay una ley similar. No recuerdo la última vez que escuché a alguien exigir la libertad de conducir sin tener que ponerse el cinturón de seguridad.
Sin embargo, ahora escuchamos cómo muchos piden libertad para no vacunarse contra el covid-19. Según Brady Ellison, miembro del equipo olímpico de tiro con arco de Estados Unidos, su decisión de no vacunarse fue «una decisión 100 % personal», insistiendo en que «quien diga lo contrario está robando la libertad de las personas».