La máquina de escribir moderna nació al fondo de la tienda de máquinas de Kleinsteuber en Milwaukee, EE.UU. Es ahí donde, en 1868, Christopher Sholes tomó unas cuerdas de piano y un manipulador telegráfico, y construyó un rudimentario artefacto para escribir. Sólo podía imprimir una letra, una w algo borrosa, pero aún así era bastante asombroso para su tiempo. Sholes y sus compañeros diseñaron un modelo más ambicioso con todas las letras del alfabeto.