De todos es sabido el terremoto que ha provocado OpenMailBox. Llevábamos unos meses un tanto extraños; demasiadas caídas. Pero entonces vino el sorpresón: si quieres poder usar tu cuenta en un cliente externo tienes que pagar. Las críticas y reprimendas deben de haber sido gordas, puesto que tuvieron que rectificar y dar un mes gratis de la versión de pago. Y está ocurriendo eso que pasa en estas ocasiones, empiezan a escucharse y a leerse alternativas por toda la red. Y aquí es cuando entra Disroot.