Quienes trabajan en Silicon Valley son unos revolucionarios atípicos. Como grupo, son relativamente acaudalados, cuentan con buena educación y están bien conectados. Aunque la mayoría de personas en San Francisco apoyaban a Hillary Clinton en la campaña, los profesionales de la tecnología no son precisamente los menos proclives a apoyar las ideas políticas del presidente Donald Trump. Muchos de los empleados de las empresas tecnológicas más ricas del mundo no tendrán ningún problema si se deroga Obamacare.
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