El trasplante fecal se ha convertido en la tabla de salvación de decenas de personas afectadas por infecciones de Clostridium difficile, una bacteria que vive habitualmente en nuestro intestino pero que, cuando se produce un desequilibrio, puede proliferar y generar toxinas.
Las bacterias presentes en las heces pueden curar enfermedades. De hecho, son más eficaces que los antibióticos frente a algunas infecciones hospitalarias. Ya se hacen transplantes de microbiota fecal, y lo próximo son los medicamentos orales...