No era una presentación más. Ni mucho menos. Microsoft se enfrenta a un cambio de ciclo del que puede salir reforzado o por el contrario, perder un tren que ha hecho ya caer a otros colosos. Los cimientos de la firma son sólidos, pero un impetuoso Satya Nadella ha llegado decidido a los mandos de una firma que arrastra el peso del cuasi monopolio en el segmento de los ordenadores en lo que a sistema operativo se refiere.