Desde medir la respiración, hasta la adecuada posición del bebé, cada día aumentan los padres que optan por dispositivos tecnológicos que permiten un mayor control de la salud de los recién nacidos.

Cada vez surgen más tecnologías creadas para funcionar en conjunto con los dispositivos wearable o ponibles, en especial para las populares Google Glass, cuya última versión, aún en beta, ya está disponible en EE UU. Este es el caso de la última propuesta de Zerintia Technologies, empresa española de base tecnológica con sede también en Miami, que ha creado Gealz, un biosensor para Google Glass que permite monitorizar en tiempo real las pulsaciones vitales de la persona que lleva puestas las gafas

Llevamos un tiempo advirtiendo de la llegada de los dispositivos vestibles y de su hipotético boom, pero después de dos generaciones siguen estancados. Basta con ojear los artículos más vendidos en la sección de electrónica de Amazon para comprobar que el crack es rotundo. El primer vestible, el SmartWatch 2 de Sony, está en el puesto 91. De la oferta de Samsung, LG o Nike no hay noticia. Esta última, dicho sea de paso, anunció recientemente que desmantela su división FuelBand, la pulsera que controla el ejercicio físico.

Ineda Systems dice que ha desarrollado un microprocesador específicamente para wearables que disminuye drásticamente el consumo de batería de los dispositivos, haciendo posible que nos olvidemos de cargarlos durante 30 días.

Una start-up con sede en Montreal (Canadá) llamada Mighty Cast está trabajando para crear una pulsera a la que se pueden añadir cuentas electrónicas, cada una con sus funciones específicas y espera empezar a venderlas por unos 36 euros este mismo año. Las cuentas adicionales, que la empresa afirma que costarán de 5 a 7 euros, tendrán funciones variadas y algunas contendrán hardware adicional para cosas como el reconocimiento de gestos y el seguimiento de la actividad física.

Están por todas partes, en nuestro día a día, prometiéndonos infinidad de extras que, en la mayoría de los casos, no sirven para nada. Sin embargo, se venden como lo último en tecnología y a unos precios que dejarían a más de uno con la boca abierta