Ada Lovelace, más conocida por ser la única hija legítima de Lord Byron que por ser la primera programadora de la historia, es un nombre que sorprendentemente olvidado por la Historia para el legado que dejó. Su principal aportación, el primer programa de ordenador (ideado un siglo antes de que siquiera existieran los computadores). Pensar “como un hombre” decían que podía “generarle fatiga”. Y que tenía un carácter excéntrico, que era brillante pero “demasiado matemática”.