Boo.com es probablemente el mejor ejemplo de la demencia radical que se vivía en el punto más alto de la burbuja del punto-com, en 1999. La startup de comercio electrónico (es lo que estaba de moda en aquella época) se dedicaba a vender ropa y accesorios. Lanzaron en otoño de 1999 después de varios atrasos y quemaron 188 millones de dólares de inversión en apenas seis meses (hoy serían unos 260 millones de dólares si lo ajustamos a inflación). En mayo de 2000 se declararon en bancarrota y cerraron.

Algunos de los chefs más famosos ni siquiera han oído hablar de ellas. ¿Será que no termina de convencernos esta forma de hacer la comida?

“PornBurger… Suena un poco sucio, ¿no? ¿Tal vez incluso un poco travieso? ¡Bien! Bienvenidos, pervertidos.” Así es como nos da la bienvenida a su web su creador Mathew Ramsey, un fan de la fotografía y un amante de las buenas hamburguesas gourmet (nada de las típicas de comida rápida).