En pocos años, hemos pasado de traducir con el mítico Collins Pocket, a buscar frases en el traductor de Google y ver distintos usos de expresiones en WordReference o Linguee. ¿Para qué obligar a nuestros hijos a hablar idiomas si dentro de unos años todos nos entenderemos usando máquinas?
|
etiquetas: idiomas , educación , tecnología , aprendizaje