Un coleccionista de cámaras fotográficas antiguas se acomodó en su asiento y estaba entretenido mirando fotos de cámaras en su móvil. La pasajera sentada junto a él pensó que estaba mirando cómo hacer detonar una bomba. Llamaron a las autoridades que le sacaron del avión y le tiraron al suelo en la pista hasta que se aclaró. Otro pasajero, en el control de seguridad, al ser preguntado por una cámara antigua y decir lo que era le dijeron que si era una cámara que la encendiera. Tuvo que explicar que no lleva baterías ni se enciende.
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