Aunque Roscosmos al principio dijo que no había observado ningún daño en el exterior de la cápsula de carga Progress MS-21 que justificara la pérdida de presión en su sistema de refrigeración que experimentó el pasado 11 de febrero resulta que al final también tenía un agujero. Roscosmos lo atribuye a «una influencia externa». Pero lo cierto es que el agujero es demasiado redondo como para pensar en un impacto. Por no hablar de que las probabilidades de que dos objetos impactaran casi en la misma zona [...] son ridículamente pequeñas.
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