Las máquinas inteligentes ya están entre nosotros y, para bien o para mal, alteran nuestros vínculos sociales. A medida que se infiltran en ámbitos privados de nuestra vida, psicólogos y especialistas en ética advierten cómo nos afectan emocionalmente las relaciones con estos seres artificiales. "Los robots no tienen sentimientos –advierte Darling– pero las personas que tratamos con robots sí tenemos sentimientos hacia ellos. Y eso no ha sido del todo explorado"
|
etiquetas: robotica , interaccion , humanos