La red es ahora la principal base de operaciones de la brujería; el consultorio de cabecera de quienes ansían conocer su futuro o pretenden lograr sus objetivos con ayuda del ocultismo, y también el escaparate ideal para brindar sin límites ni control este tipo de servicios. Conocer anticipadamente qué deparará el futuro forma parte de las pulsiones más primitivas del ser humano. Así era en las cavernas y en la Antigua Roma, y así sigue siendo en este siglo XXI tecnológico y monitorizado.
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